Un instante en la luna siendo callejera de tus cráteres.
Viajar a través de tus ojos y ser estrella caída del cielo conjugándome a tu lado. Y brillar más ahí abajo qué allá en el cielo.
Moverme a base de bombardeos; mi corazón, al son de una canción.
Y Lewis Capaldi sonando en mi interior, me hace vibrar como un tambor. Se me eriza la piel, se me caen las pestañas de tanto llorar. Pestañeo ante el mar infundiéndome paz. Y la noche me transmite calma. Adiós al dolor, y al mal olor.
Ser mejor, que algo que se pasea por el mundo porque sí.
Más humana,
más dimunita
y más real.
Categoría: Escritos
La luna y su soledad
Estrella polar
Si me tengo que derrumbar, me derrumbaré. Porque eres importante para mí, porque te has creado un hueco en mi corazón.
Y si un día te vas, alejándote indefinidamente, me dolerá. Lo sentiré tan profundo, porque anteriormente sentí y siento. Soy humana. Tengo huesos que son de cristal, que suenan sólo al andar si los escuchas con el alma, con calma.
Para mí no son los años, ni los meses, ni los días.
Para mí son los instantes a tu lado, tan efímeros e intensos que me alegra tenerte tan cerca. Poder besarte los labios siendo míos. Y ser tuya, esta vez, para siempre. No volveré a ser de otro. Pertenezco a ti.
Nunca podrás borrarte del mundo, he escrito sobre ti. Y cuando una escritora enamorada escribe sobre su ser amado, ya jamás podrá ser olvidado.Eres tú
Quizás yo para ti sea algo pasajero, pero tú para mí no. Eres algo más, más que amigos, más que novios. Más que un simple deseo, que un anhelo instantáneo.
Eres aquel beso dado en el momento más querido, más necesitado. Eres aquel abrazo tan sentido, recibido en el momento exacto.
Para mí eres un pedazo gigante de mi alma, ocupas mi corazón. Y eso es grandioso, deberías sentirte agradecido.
Y no sólo eso; eres conmigo y nadie antes lo había sido. Hemos conectado, nos contagiamos felicidad. Somos la hoguera chispeando amor.
Seré tonta,
seré corta,
estaré ilusionada.
Tanto, que destello estrellas; brillando hasta en la oscuridad.
Y dentro de este desorden, yo, me encuentro real y, contigo, aún más.Quiero
Quiero primavera.
Fidelidad
Perdona, pero yo no tengo que fingir que me gusta cuando me toca. Yo siento placer. A mí me sabe tocar y cuando gimo, gimo porque lo siento. No todas somos iguales, pero él, justamente, me hace vibrar como nunca antes nadie lo ha hecho. Porque hay comunicación, porque en esta relación de dos, se habla. Se habla. Sin tapujos ni miramentos. Y no le he tenido que guiar mucho, pero sí le he abierto las puertas enseñándole como se lee mi libro más íntimo. Y no sólo eso, hemos conectado y nos compenetramos. Es cierto que no siempre vamos al mismo compás y, aún así, hay veces que somos más que estamos. No hay miedo sino confianza. Es primordial, esencial. Tampoco hay asco; hay curiosidad y el querer descubrir. Cada vez descubro algo nuevo en su piel, en su mirada y en su sonrisa. Y de su corazón salen chispas de amor. Y surge. Espontáneamente somos, y eso, es lo más hermoso. No se decide el cuándo, ni el cómo, ni el dónde. Se siente, y cada vez más.
Y es real que llego al orgasmo; unos más intensos que otros, algunos de ellos cortos y los restantes largos. Pero es que hay de tantos tipos, que ya ni les pongo etiqueta. Simplemente me dejo llevar siendo yo misma; la más pura, la más libre, la más fiel a mí.¿Y qué…?
¿Qué pasa?
Aquello me preguntaba yo a cada instante.
¿Qué pasa cuando te desarman? Cuando ponen la realidad en medio de la nada, aplastándotela en las narices. Matándote a base de perdices.
Pues que ya no eres, que sientes que mueres. En medio de la nada, en un atardecer a punto de amanecer.
Porque no hay nada peor que se te junte el dolor de la noche, siendo más oscura que luna. Y el brillo de las estrellas te ensombrezca más que te ilumine.Reflejo
-Espejito, espejito ¿Quién es la más linda de este edificio?
El espejo mágico se quedó mudo y, al fin, ella pudo comprender qué era la belleza interior. Lo que reflejaban sus ojos era el poder de su alma;
rota, fría y marchita.
Una rosa roja, con espinas.
Un invierno, sin sus hojas.
Una flor, sin sus pétalos.
Aquello, era infierno.
Y el dolor que atragantaba su corazón en su cuello, era aquello nunca visto.
Aquello nunca descrito.Amor
Que se caigan las estrellas del cielo,
segurié queriendo.
Que se rompan las nubes a mitades,
seguiré queriendo.
Que estallen las hojas a ruidos irritantes,
seguiré queriendo.
-Queriéndote-.
A ti, a mi misma.
Seguiré luchando,
aunque hayan adversidades
que sean imposibles de comerse,
continuaré amando.
-Amándote-.Y
Y te das cuenta de que no estás bien cuando una lágrima recorre tu mejilla sin querer.
Contigo
Salir una tarde soleada y caminar a tu lado conjugándome.
¿Eso es posible?
Me estoy replanteando muchas cosas, entre ellas, que si tienes que irte, que te vayas ya. Que me sueltes el bombazo y el acto siguiente sea destruirme de un balazo. Y que de un portazo derrumbes nuestro hogar. Que se caigan las murallas, tan altas, tan solidas y, a la vez, tan frágiles; de sentimientos, de porqués.
De dudas, de después.
Soy tan ruda a veces, que la fastidio siempre. Y, otras, que me quedo muda.
Ya no es que pueda, sino que no quiero.Enero
Es Enero que me deprime, y quizás sean las canciones correctas las que te inspiran a vivir. O las mariposas traicioneras juguetonas en tu interior. Esa adrenalina indomable que te ayuda a seguir. Aterrizar igual de mal que la última vez que despegaste a volary ahogarte en un vaso medio lleno. Aún te queda respirar, aún. Las ilusiones, esas que te ciegan las heridas derrumbando tus barreras deshinibidas, matan. Hacen que te estrelles, y de tantas estrellas, que ellas ya no son ellas.
Muchas veces
Muchas veces me dejas en la duda.
Y eso retuerce,
mata,
engaña.Soledad
Suena el eco de mi voz retumbando en mi corazón.
Soy mas soledad que razón.Perdida
Dicen que estoy, que no soy. Pero soy más que estoy, porque siento, porque vivo en mí. Porque vuelo, a instantes, y ya no muerdo.
Hace tiempo que me he perdido, pero ahí sigo.
-Ahí sigo-.Mi yo
Sexo,
letra
y Marte.Un sexto sentido,
un dolor resentido,
una herdia abierta.
¿Qué vas a saber tú de mi grieta?
Del aleteo que hacen mis alas,
que vibran y no arrancan.
Del sonido, del carraspeo.
Del silencio.
Soy más arte,
y mucho desastre.Me voy, a la luna;
me entrego diurna
y desnuda.
Me vuelvo locura
hasta perder la cordura.
Soy, soy más viento que martes.
Soy más mar
que derramar;
las estrellas que destellan en mis mejillas.Ya no quiero ser persona ni reina con corona,
ya no quiero ser.
Vivir en paz y ser fugaz,
nací audaz,
he muerto siendo,
amando.
Infundiendo calor
y mucho olor a hielo,
a hueco
-vacío-.Corazón, corazón
Siento que nos separamos, que nos distanciamos.
Siento que me descoso, que me deshilacho.
Que, tú borracho,
y yo en un bache, intentando bailar las bofetadas.
El arma dispara balas sin parar.
-Me duele, me duele…-
Intento de esquivar, pero todas caen. Rompen contra mi cuerpo.
La última, la última se clava en mi pecho.
Corazón herido; muerto.Diosa
No tengo texto, ni letra. Soy poeta de la tierra, de la madre naturaleza.
Esta, otra era. Y yo, reconstruyéndome. De lo malo, de lo amargo.Estrella
Hacía sol, él me iluminó. Me sentí frágil y a la vez empoderada porque, al fin y al cabo, no había nada mejor que ser yo misma.
Salí a la calle sin rumbo, ni vida. Con mucha poesía y poca alegría. Un canto a la muerte, un baile recordándome lo mucho que me quería, que me quiero. Que siento que puedo porque vuelo.Necesidad
Y es que cuando pido ayuda, nadie me acompaña. No se arropan a mi lado a escucharme, a sentirme.
Necesito a alguien que le vibre el corazón al mismo tiempo que el mío.Sueño
Una sombra, una oscuridad. Un meneo y un revuelo; de sentimientos, de emociones. Cáotica yo, desastre tú.
Salir a la calle y, en vez de ver la ciudad, imaginar el mar. Qué calma, qué paz.
Ojalá, pienso.
Y sigo caminando. Ya no veo a las personas ni a la humanidad. Me he imaginado un mundo distinto indundado de felicidad.
Vaya utopía y que poca alegría.
Todo cambia cuando abro los ojos, cuando me veo en medio de la sociedad, perdida y sin salida. Un rumbo indefinido y mi corazón quebradizo.Instantánea
Las gotas ya no caen, cayeron mucho antes. El sol es una ilusión óptica y las nubes siguen bailando al compás de mi corazón. Se van, se alejan. Ya no son, ya no están. Y yo que me derrumbo sin hablar, que me quiero desahogada y rebelde, gritando a los cuatro vientos que lo estoy consiguiendo, eso, de ser feliz. Pues ya no, no puedo y me quiebro. Me pierdo. Me quiero rota y descompuesta y también serena y entera. -Eterna-. Que aunque a veces, a ratos y a tiempos me quiebre, sigo siendo yo y no tan yo.
Insuficiente
Me puse a bailar un domingo por la tarde en mi habitación. Necesitaba sentir mi cuerpo, volar, vivir. Quería palpar con mi piel la adrenalina, pero no llegué a tal punto.
Vaciándome
Un parque,
un invierno,
un vacío;
lento y suculento.
Me pide que me agarre a él,
como un pájaro a su libertad.
el cielo
y la oscuridad.Ellos
Me gustaría, yo que sé, poder salir una noche sola por puro placer. Ir a cenar y tener una cita conmigo, a solas. Comerme una hamburguesa de esas con huevo y baicon. Y no tener que preocuparme por la hora de regreso a casa, ni por estar deambulando por las calles sin tener que mirar alrededor mío constantemente. Simplemente, dejarme llevar sin miedo. Sin miedo. Pero no puedo, no podemos. Porque están ahí, siempre presentes. Y por mucho que una misma se quiera, por mucho que intente valorarse, llegan. Están. Ahí. Y es pura asquerosidad. Sentirse sucia. Necesitar gritarlo todo. Desahogarse.
Ojalá no tener que ir con los puños cerrados y en una mano llevar las llaves clavándose dolorosamente en los dedos. Miedo. Terror.
No somos objetos, no lo somos.
Ya no podemos confiarnos, no podemos ir tranquilas por la ciudad. Vamos con el corazón acelerado. Hasta de día.
Le pasó a mi hermana un acontecimiento de aquellos que nunca se olvidan. Tuvo suerte.
Y, eh, que no pasa sólo en la calle. Que también es en casa con tu pareja que quieres a ciegas. Hasta que sucede. El día, la muerte.
Es algo que me apetece y no puedo hacer por angustia. Sentirme libre quiero a todo pulmón. No puedo. Y qué rabia.Presente constante
Hoy necesitaba que me salvaras.
Algo así como levitar en el aire,
algo así como soñar despiertos,
algo así como sonreír aún teniendo la herida abierta.Estallando
La sangre, ya petrificada, no corre por mis venas. Está paralizada.
Y a esfuerzos intento caminar, pero no avanzo. Retrodecer.
Mi corazón explosivo bombardea balas.El día que…, Dulcinea (Paola Calasanz)
El día que el océano te mire a los ojos
He conectado, sentido y me ha transmitido; que ya es mucho. No sé porqué pero he revivido un poco gracias a esta novela. He vuelto a ser y me he replanteado el hecho de vivir cada día como si fuese el último. Y no está mal.
Hay cosas que no me han encajado, pero tampoco me han desencajado.
Es una historia bonita y dura, aunque increíble. Es tan hermosa que parece irreal.
El mensaje final de la novela es bueno, es decir, está bien encontrado. Aún así, le falta más emotividad, más.
No me ha decepcionado, de hecho, me ha gustado. Vale la pena leerlo. ¿Por qué no?
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El día que…, Dulcinea (Paola Calasanz)
El día que sueñes con flores salvajes
Desde un principio no me enganchó, no conecté mucho con los personajes, luego me enamoré a ratos.
Es un libro líneal y predecible. Me lo compré porque me lo recomendó una amiga, pero no es el libro que te deja del revés. Sí que te hace reflexionar y replantearte distintas cosas, hechos que pasan y siguen pasando en la actualidad.
Es rápido de leer, muy fresco. Vale la pena, ¿Por qué no?
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Necesidad inexplicable
Necesitaba respirar otro aire. Y allí estaba, respirando contaminación. No era lo mismo, era peor. La ciudad, la gente; sin alma, ni piedad.
Ella, rota
Ella que miraba, esperanzada, a verle.
Ella que ya sabía de antemano la hora del encuentro, furtivo.
Ella, de mirada triste y corazón helado, allí estaba. Congelándose.
Ella que caminaba sin rumbo, perdida en la vida. Y entre el bullicio de gente, si alguien le miraba el alma, perforándosela, comprendería.
Ella sentada en aquel banco, esperando que sus labios que la besaran.Escribo hacia dentro
En una cafetería, no cualquiera, sino la que iba cuando era pequeña, me pongo a escribir.
Un instinto,
un parpadeo,
una corazonada;
indicándome que ya no soy la de antes.
Porque hoy martes,
desconecto.
De la vida,
de mí.
De lo ajeno,
de lo de dentro
-mi sangre oculta entre mis pieles-.
Y se me hace tarde;
el sol se ha ido
y la noche a venido.
-Una luz ennegrecida hechizada-.
Otra era
en una acera llena de tristeza,
yo.Tu mensaje
Entonces es cuando me llega tu mensaje de «Cariño hoy no sé si quedaremos».
Una decepción inexplicable llega a mí, porque quiero verte, porque me apetece estar contigo.
Y pasa la tarde, tú con lo tuyo. Yo con lo mío. La esperanza no se desvanece hasta que se acerca la hora de la cena y ya sé la respuesta, y el destino de ese día.
Tengo la manía de esperar hasta luego de mis clases para verte aún sabiendo que habrá instantes que no nos veremos, que no quedaremos. No por circunstancias turbias, sino por acontecimientos diminutos que, sin querer, nos distancian; en cuerpo y no en alma.