Me estoy amoldando a la idea de que no te veré; me estoy acostumbrando.
Ese instante, mientras me tomo un capuchino largo, en el que me imagino mi futuro: encerrada en casa cada semana y el domingo haciendo un ritual mañanero.
Tomarme las cosas con calma, ya no sentir la brisa del aire rozándome la nariz, arrasando con todo. O tus labios cálidos recorriendo mi piel. Una sonrisa de luna media y no tener tiempo a leerme un libro, dejarlo abandonado allá en mi escritorio. Porque la vida antes -antes- era corta y, ahora, es larga -muy- larga. No hay manera de salir de esta, digo, de salir de mí misma. Estoy entre cuatro paredes, en un caos, en un lío alocado.
Me gustaría tanto verme a mí contigo, vernos juntos en otro escenario; en la calle, a lo lejos y amándonos. Sentirnos. Y más que piel con piel, alma con alma.
Soñando
por
Etiquetas:
Deja un comentario