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  • injustícia

    «..Porque no es justo, no hay derecho. Me pongo en la piel de los personajes, siento todos sus sentimientos y emociones, muero o revivo con ellos, para después llegar a aquel absurdo final que es demasiado incoherente; ya que todo se basa en equis casualidades con el objetivo de construir y formar un final maravilloso, aunque detrás de toda esa farsa quieran ocultar la maldita verdad. Y aunque sea maldita, prefiero que sea maldita, cruel y dura, que no hipócrita y superficial.

    En realidad, estoy indignada hacia ese ‘tema amoroso’ que acaba saliendo en todas las novelas, escritas con palabras agujereadas y ahogadas, sustituidas por palabras relucientes y vivientes. Puede que la culpa sea mía por caer en las entrañas de esos hechiceros libros que te dejan sin salida, hasta que finalmente, y por arte de magia, se abre de ellos la puertecita nunca hallada anteriormente, que trae la respuesta a esa pregunta que tenías dentro de tu cabecita durante toda la larga lectura.

    El problema es que a mí no me sirve la respuesta, porque de ésta surge una pregunta inútil; el ‘porqué’. ¿Por qué los escritores hacen eso? ¿Qué intención tienen en hacerte sufrir? Leo tanto que me he acostumbrado a vivir dentro de un mundo inexistente, sumergida en una burbuja flotante ya inexplotable. Porque ya no vivo, sueño. Mi cerebro, de una forma incomprensible, construye ensueños de los cuales no puedo deshacerme ni con una cachetada fuerte en mi cara.»

  • CÍRCULO PERFECTO

    Buscas la felicidad. Siempre la estás buscando. En algún lugar, en algún sitio. Escondida en cualquier rincón. Por allí, por allá. Hacia la derecha, hacia la izquierda. Y no sabes nada. Crees que no la encontrarás porque nunca hay resultado. Pierdes el tiempo. Es absurdo. Y te rindes, ¿por qué? Nunca hay que rendirse ¿no? Pero, ¿y si la felicidad ya la habías encontrado? ¿Y si la estabas buscando sin darte cuenta que estaba en tus manos? Sin darte cuenta de que estaba contigo y no contra ti. Lo veías todo tan oscuro que no eres capaz de ver la luz. No eres capaz de comprender que la felicidad no hay que buscarla y que tampoco se trata de encontrarla, porque la felicidad siempre está contigo. Porque la felicidad es ahora, no después, ni más tarde, ni mañana, y depende de ti. Gírale el sentido, cambia la forma en que ves las cosas y las cosas cambiarán. Si quieres la felicidad caminará contigo, sólo si quieres. Y entiendo y comprendo que sea difícil. Porque hay días ópacos, sin luz alguna. Otros que son translúcidos y con alguna grieta de sol reluciendo por detrás de tu ventana. Ábrela, sube la persiana, arranca la cortina. Saca la cabeza y observa el mundo. Que la luminosidad del astro te alumbre entera haciéndote esclarecer la mente, dejando aclarar las ideas más negras. También hay días brillantes, relucientes, a veces tanto, que te ciegan demasiado. ¿Sabes qué? Déjate llevar por el tiempo, por el viento. ¡Qué más da! Piensas tanto buscando querer ser feliz, que te olvidas de serlo, que descuidas que ya lo estás siendo. Y no me seas una persona negada justo ahora, porque éste es el peor momento para serlo. No me gusta nombrar con «peor» o «mejor», pero aún así lo hago para entenderme mejor, para comprender el estúpido lenguaje normal y sencillo de los seres humanos. Porque somos raros y complicados, justo los adjetivos contrarios antes nombrados. Sabemos que son significados opuestos, pero en la sociedad actual, no están bien definidos. «Bien» otro concepto mal entendido.

    Porque la vida no se basa en lo bueno o en lo malo, en lo raro o en lo normal, en lo peor o en lo mejor, en lo positivo o en lo negativo, en el olvido o en el recuerdo. La vida no son aciertos o errores, no existen. No puedes vivir con estos conceptos. Bórralos de tu memoria, elimínalos. ¿Por qué no? Empieza ya. Y cuando estés entre el «Sí» y el «No», decántate por el «Sí». No hacerlo es arrepentirse justo al segundo posterior, para después sentir el amargo sabor del «¿Qué hubiera pasado si lo hubiera hecho?», si me hubiera lanzado al vacío. No pasa nada si por tirarte al hueco acabas cayendo de cabeza, de ésta manera no te quedas con la duda, y lo peor, con las ganas. Esas que te carcomen por dentro, como los gusanos que viven en cualquier manzana, haciendo que se pudra al cabo de un tiempo. Pues como tu cuerpo, que se pudrirá por todo aquello que quisiste hacer y no hiciste. ¿Qué te estoy diciendo? Que el caer no es dañino sino beneficioso, ya que te ayuda a encontrar tu nuevo ser.

    ¿Sabes que renaces en cada amanecer y mueres en cada atardecer? Y es que todo fin tiene un comienzo, porque es el vicio de un círculo perfecto que tal vez mañana se quiebre. Y como el mañana nunca viene, nunca sucede.

  • Foscor

    I és que sento com se’m tira el món a sobre. L’obscuritat, on dins hi juguen saltejadament aquelles taques de colors, mig difuminades, barrejades entre elles. Les observo, m’hi endinso. Ja no hi surto, ja no puc escapar-me. Ho intento, no sento. I quan els meus ulls s’adapten a la foscor, que aclapara qualsevol tipus de dolor, eliminen cada tros real de l’habitació, distorsionant-lo, capgirant-lo, matant-lo. Totalment diferents, convertits, els mobles, en monstres. L’angoixa recórrer per tot el meu cos. La culpabilitat absorveix el meu cor. M’alço, de cop, deixant al descobert mig cos. Deixo anar un plor desgarrador, silenciat entre el buit i la nit. Salto del llit, el contacte del terra fred em recorda la part més gèlida de mi. Busco desesperadament una llum, que m’indiqui el camí. I me’n adono de que la llum sóc jo, que l’haig d’obrir, fer brillar. No forçadament, simplement, deixar-la que faci amb el temps. Deixar-la ballar, espontàniament. Camino pels passadissos, com qui passeja per la Rambla. Tothom és passatger, passen i, passen. Com la brisa que fa dansar els meus cabells, ara, que sóc fora el carrer. La porta de la casa és oberta, estic asseguda a l’entradeta. La sorra de la platja se’m va enganxant a les plantes dels peus i, la xafogor de la nit, al cos. Aixeco el cap, res mil·lumina el rostre. No hi ha lluna, l’Univers se l’ha engolit. Jo també en vull una, tota per a mi. O un d’aquells, intensos i apasionats, als llavis. Agafo una pedreta, m’aixeco i, de puntetes creuo la sorra aspra i rugosa, per després llençar-la a l’aigua amb efecte. Tot seguit hi salto jo i nedo, en el no res. Quan torno em quedo rere la finestra i contemplo com surt el sol, tímidament, lentament.

  • Inmadureza_

    Eso de mentir al personal se me da fenomenal, porque del mal al paranormal no existe lo vital. Me encanta ser real, buscar en el detalle aquello espectacular. Y no te pierdas, es sencillo como cualquier sujeto al borde del precipicio, cayendo y subiendo como un molinillo. Coge el tren que se te va y cómprate un pastel, después, busca el anillo de compromiso dentro de él. Espera, no te ahogues, no te asustes. Que no te casaste, que ni maduraste. ¡Qué! Como aquel sastre que te curó y sanó el corazón, cosiendo poco a poco la perdición. Fue tu salvación hasta que llegó el tontorrón de turno, por fuera era un bombón pero por dentro ¡ay!, lengua de reggaeton.

  • Humanos

    No sólo somos cuerpos, somos más que eso. Humanos. Seres vivos, con la suficiente capacidad intelectual para poder razonar y llegar a conclusiones evidentes que, para la mayoría, no lo son.

    Pero, ¿qué está pasando? El mundo se está desmoronando, la sociedad se está desorientando, los humanos se están descontrolando. ¡Oh, pobre de mí!

    Las vidas ya no son existentes, ¿qué es lo que hace que uno mismo deje de existir, sin que deje de respirar, sin que sea detenido el bombardeo de su órgano vital? ¿El dolor? ¿El deshonor? ¿La guerra? ¿La tristeza? ¿La desolación? ¿La poca delicadeza? ¿O la falta de inspiración e imaginación?

  • bésame, pero el alma

    Dibújame el alma, tal vez, así, se reconstruya. Quizá, se rompa más. Con tu sangre, con tus propias manos. Deja ir, lanzar, pequeños pero intenso besos. Sin miedo, déjate llevar. El viento, el mar, el olor a sal. Tu cuerpo vuela, el mío ha naufragado, se ha apagado. Lo siento, no sé qué siento. Ya no puedo más. Eso de levantarme, de intentar salvarme, de quererme y amarme, son mentiras. Demasiado malas para no ser descubiertas. No pretendo que entiendas nada, tampoco me interesa. Todo ya da igual, hasta mi vida también.

  • Depressió

    Escolto, no jutjo, intento comprendre. Acompanyo en el camí de la vida, em preocupo brutalment, sóc exigent i en algun moment obligo a fer, però pel bé, amb la bona fe. Abraço en els moments durs, estimo sempre, encara que hi hagi instants en què no ho demostri o em sigui difícil i, de vegades, faig petons a aquells qui ho necessiten vertaderament.

    Però, qui m’escolta a mi? Qui no em jutja? Qui em comprèn, qui m’acompanya en el camí de la vida? Qui es preocupa per mi? Qui m’abraça en els moments durs? Qui em fa petons quan no em sento bé? Qui m’atura les llàgrimes o me les eixuga? Qui, qui m’estima quan jo ja no m’estimo? Qui està amb mi quan, la meva ànima, ja no és aquí present?

  • Absència

    Em sento en l’absència d’un estat emocional, en la fase neutral.

    ¿No us ha passat mai que us sentiu abstrets del món? Com si no existissiu, insignificants.

    Mai he entés per què em passa això, i m’agradaria saber-ho. ¿Algú m’ho podria fer entendre?

  • Prólogo

    Ahora mismo, estoy delante de esta página en blanco sin saber exactamente qué escribir, donde se supone que debería hacer una pequeña presentación sobre mí ¿o no?

    Aun así, no sé porqué me he hecho un Blog, tampoco sé qué escribiré y tampoco tengo nada planeado. Puedo decir que de aquí saldrá un caos extraodinario.

    Venga, ¡hasta luego!