Querían teñirse, no anhelarse, amarse.
Querían destruirse, odiarse; hundirse. Besarse, quererse carnalmente, hasta llegar a la fuerza mental.
Era amor, y desamor. Luchar, morir, y a veces ganar.
Si se hubiesen querido antes, no sería tan tarde; para reempezar, para cortar el sentimiento que ya andó su curso -ardiendo, rompiendo con todo-, el sufrimiento.
Si se hubiesen querido antes, ya no habrían vivido.
Éste es el prólogo de Otoño Nevado, segunda parte de Café Frío. Pasaros por mi Wattpad donde mi usuario es «perezita».
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