Siempre escribo por las noches, hay de ellas que en sentido figurado, porque las palabras fluyen por mis neuronas, mientras corren por mis venas, haciendo que mi corazón no se quede tan muerto.
Explícame cómo se vive, enséñame a no morirme. Quiero ser feliz, y nunca lo consigo. ¿Qué tienes para mí? Ofréceme aquello que tengas, necesito volver a sentir. Esta chiquilla lo necesita ¿comprendes?
Y no me digas que me cuide, que me valore, que me quiera o que no le dé tanta importancia a todo. No puedo, simplemente, dejarlo en un estado neutral de mi vida. ¡Porque es inexistente! ¿Entiendes? Perdóname, no quiero ya más chillarte, pero mis pulmones necesitan respirarte, por eso quiero hacerte reaccionar. Para que me abraces.
Sacio mis penas y delirios escribiendo, pero no es suficiente, nunca lo es. ¿Por qué nunca me crees? Yo siempre te perseguiré, mi ánima presente estará en tu ser. Perdóname otra vez, por ser tan cabezona. Por dejarme llevar, mis impulsos son mi condición gravitacional más errónea. Y es lo que hay, que necesito beber para explotar. Mi problema es que soy pobre, y aunque viva en un reino idealizado, nunca así saciaré mis penas. Perdóname, esta vez, por ser tan poco cuerda.
30 de agosto, 2016
00:41 h
Deja un comentario