A veces creo verte, pero no estoy segura de ello. Hoy te he visto, o tal vez haya sido un sueño. Pero estoy segura, demasiado. Hasta he escuchado como pronunciaban tu nombre, y tu apodo también.
Creo que, de lo enamorada que estoy de ti -aunque diga que te odio y quiera autoconvencerme de ello, que es imposible- te veo, o te sueño, o tal vez sean las dos cosas.
Siempre estoy imaginándome mil historias junto a ti, que sé que no pasarán, porque aquello imaginable acaba siendo una ensoñación, tan profunda que parece verdad sólo por el hecho de creértelo.
No puedo, ya no. No sé si es por ti o por otro, sólo siento que necesito alguien a mi lado, que me cuide. Y que me quiera. Y sé que no existe, porque todo es demasiado surrealista. Y a «todo» me refiero al amor.
Por instantes, lloro, amargas lágrimas. Por otros, se me atragantan en mi garganta. Porque pienso demasiado, tal vez ese sea mi problema. No puedo evitarlo, mucho menos negar… ¿Y todos aquellos recuerdos donde éramos felices? Sé que no eramos nada, simplemente compañeros de clase, hasta amigos. Pero, mejor eso ¿no? Lo que valía era que sonreíamos conjuntamente y, yo, por aquellos tiempos, era la chica más feliz.
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