Quiero sanar tanto que al final
me quedo a mitad del proceso.
¿Quieres queso?
Yo quiero un beso, uno de aquellos que me haga temblar.
Que me haga explotar,
estallar.
Que me haga volar.
¿Cuándo llegará?
Quiero sanar tanto que al final
me quedo a mitad del proceso.
¿Quieres queso?
Yo quiero un beso, uno de aquellos que me haga temblar.
Que me haga explotar,
estallar.
Que me haga volar.
¿Cuándo llegará?
deseo tantas cosas que,
al final, no consigo nada.
Y le grito a la luna con silencios,
y amargo las estrellas con delirios;
las apago, las quiebro, las acabo matando.
Y ahora te pido a ti, deseo,
que no me dejes desear,
que me quiero asar con su calor.
Porque estoy fría, y rompo.
Y me rompo,
y me rompen.
Y no quiero volver a amar.
Tal vez, quiero brillar,
para mí e interiormente.
Quiero sanar.
Y otro verano más,
y este será el que más
me voy a amar.
No te quiero nombrar,
tampoco odiar.
Sólo quiero regresar a aquel sentimiento,
donde no sentir es lo que se siente.
La gente no lo entiende,
tal vez un poeta sí,
o un amante de la lectura también.
Pero tú,
tú jamás lo entenderás.
Estoy queriendo a la vida, otra vez.
Veo su luz y oscuridad,
y brillan, y me deslumbran, y a veces me ciegan.
Ya no quiero volar,
tampoco follar,
ni amar.
Sólo quiero ser conmigo y de nadie más.
Y es increíble como en un pis-pás escribo y escribo sin parar.
Esta vez, voy a ser sincera contigo,
y aunque te quiera,
no me vas a doler.
Y me esperé quedándome despierta,
hasta ver entrar por la ventana el amanecer.
La luz no me cegó sino que me alumbró el corazón.
Un rayo de luz, fugaz.
Todo es un pis-pás,
siempre,
siempre.
Estoy asustada,
desde el ayer.
Pero aun así quiero volar,
lo volveré a hacer,
lo lograré.
Estoy segura.
Después de todo llega el nada,
y a veces el nada lo es todo.
Un rayo de luz,
¿una sombra?
¿una vida?
¿Dónde estoy?
Necesito despegar,
contigo,
hacia tu lunar más distraído,
hacia tu mar de piel,
hacia tus labios,
soy Rapunzel;
tal vez quiero serlo.
No puedo.
No voy a gastar mis palabras escribiéndote,
no voy a malgastar mi tiempo contigo.
Voy a empezar de nuevo, de cero.
Voy a alzarme a la cima y volar,
porque ya es hora de respirar paz.
Regálame una flor,
de cada color.
Crea un ramo.
Créate,
luego mírame;
soy arte
y nunca podrás descífrarme.
Tampoco quiero.
Floreciendo estoy,
soy,
soy,
soy.
¿Acaso me lees?
No quisiera yo romper tu cabecita de niño indecente.
Demente de mente.
Círculo vicioso,
lleno de flores marchitas.
Vengo cascada de un amor,
que se amarra al dolor.
Una sandía llena de pepitas,
un plátano negro,
y una manzana enrojecida.
Luego estás tú,
y la vida.
El alma, la mía.
Un rojo oscurecido, escurridizo.
Vuelvo, estoy volviendo, lo estoy haciendo.
Déjame decirte, eres arte, nunca dejarás de serlo.
No dejaré de escribirte, no puedo y, no quiero.
¿Lo peor?
Que te tengo aquí, enganchado en el pecho como pegamento.
Déjame escribirte, déjame hacerlo por el resto de mi vida, mis días ya murieron.
Me mataste.
¿Sabes qué quiero escribir?
Como las flores se marchitan,
como los ríos se secan,
como los árboles se desnudan,
como las nubes se dilatan
y como las gotas se quiebran al chocar contra el piso.
Como se mata uno
y como nace.
Como llega a florecer,
a llorar,
como se desnuda ante la vida,
dejándole cicatrices en las heridas.
Quiero escribir tantas cosas,
que me pierdo y no me encuentro y,
entonces, ya no escribo.
Te necesito en invierno,
te quiero en otoño,
te deseo en primavera
y te amo en verano.
Porque, en invierno,
hojas congeladas y heladas,
como mi alma.
En otoño cruje mi corazón
perdiendo la razón,
creando un caparazón para que…
En primavera te sople un «Era…»,
y ya no ser.
Y aparecer y desaparecer.
Y otra vez, que en verano,
como el pasado,
todo sea en vano y, tú,
no me des la mano.
escribirte en primavera una nueva era,
recorriendo tu espalda, cada lunar,
sellarte los labios,
besarte cada lágrima derramada en pasado y,
soplarte un te quiero en cada atardecer.
Por aquellos amigos,
que son como las margaritas;
las que deshojas por un amor dubitativo.
Pero yo, me refiero a mis favoritas,
a las blancas que se deshilachan
y están descoloridas por el astro solar.
Pues esas son las verdaderas,
las que queman,
las que se quedan,
las que nunca se van,
pues, aunque las deshojes, siempre estarán.
Pero conmigo, siempre se van.
Estoy borracha de amor por ti, porque me quemas el corazón y nunca antes me había pasado. Siempre había estado congelado, hasta que llegaste tú y me lo llenaste de llamas juguetonas, traviesas.
Porque eres aquello nunca escrito en las novelas de amor, nunca visto en una película noña, ni leído en un cuento de príncipes y princesas.
Porque no eres un bicho raro, ni una persona normal. Tampoco un príncipe, ni mucho menos un caballero de la realeza. No eres un rey. Simplemente, eres tú, con todo tu ser, con toda tu alma. Y esto ya me basta, porque el ser tú, me impacta, me fascina, me quema y me enamora.
Ese mar que se asoma a mis ojos y no me deja respirar, me ahoga, me oprime el pecho, me atraganta, me mata. Necesito respirar, volver a nacer. Caer, ahogarme hasta el fondo del océano y salir a la superficie para nunca más volver a tener que renacer.
Porque es así, funciona de esa forma, cada vez que caes, vuelves a levantarte y, yo, cuando me levanto vuelo. Soy un pájaro, decidido a estrellarse y matarse. De hecho, me estrellé y me maté. Ahora, ya no vivo sino que muero. Y, eso, en cierto modo, también es vivir porque sigo, sigo con el alma palpitando a cien por minuto, con esas ganas irremediables de querer volar, ya sabiendo de antemano, que me voy a matar otra vez. Y otra, y otra, y otra. Y otra.
Pero eso es vivir, porque sigo viva, muerta, pero viva.
Dejo a un lado Sweek y me centro en Wattpad por distintos motivos que no voy a nombrar.
Por eso mismo, este lunes empiezo a publicar Otoño Nevado segunda parte de Café Frío. ¡Espero que os guste!
Publicaré lunes, miércoles y viernes, sobre las doce.
Así que, si queréis leer algo mío ¿a qué esperáis? Si aun no habéis leído Café Frío ¿a qué esperáis? Yo os recomiendo que empecéis por el primer libro ya que es una trilogía y va seguida y sino pues no entenderéis mucho de qué va la trama.
Gracias por leerme,
nos vamos leyendo.
¡Acabad de pasar un buen verano!
-Ann
Pasaros por mi historia Café Frío en Sweek, plataforma digital donde se publican y se leen libros. A partir de ahora publicaré las historias en Sweek, pues sólo publicaré aquellos libros, relatos o novelas más importantes, como por ejemplo la trilogía de Café Frío.
Os dejo por aquí un poema:
Cenizas
Llena de rosas,
ella estaba,
por dentro;
sangrando.
Amarrándose al último suspiro,
pensando en su mirada fugaz y llena de alma.
Quemaba.
Él la quemaba,
con una sola sonrisa,
con una sola mirada.
Un aliento,
una palabra,
dos alas,
y un corazón quebrantado.
«Quiero volar» se decía ella.
Ya no podía más,
y se quiso suicidar,
hasta amar cada puto mar,
hecho de cenizas.
Muchas gracias por leerme, sois brutales!
PD: Sé que dije que volvería en Septiembre, y es así, sólo publicaré los lunes información. No todos por eso.. sólo alguno puntual! Así que no me voy del todo…
Nos leemos.
Buenos días,
me despido de vosotros temporalmente, pues quiero hacer un «out» del Blog y volverme a poner a escribir mis cosas, mis relatos y mi nuevas novelas que poco a poco las iré publicando en Wattpad, no sé cuando, pero bueno, lo haré. Ya os avisaré.
Sólo deciros que me voy, que os echaré de menos y que disfrutéis del verano, que os lo merecéis. También, disfrutad de la vida en general, no sólo del verano.
Volveré en Septiembre.
Muchas gracias por leerme,
nos leemos.
¡Un abrazo muy grande y mucho amor!
Estoy sintiendo, joder si siento. Vuelo, lo estoy haciendo; rozando con las yemas de mis dedos las nubes, alcanzando el Universo, el mío.
Que estoy volando por mí misma ¿no lo ves? Pues mírame. Y te voy a decir algo, ya no te quiero aquí, estoy bien sin ti.
Demasiado.
¿Seré una egoísta?
¿Qué pasa?
¿No puedo quererme?
Pues lo estoy haciendo y, eso, se llama quererse en gerundio.
Tal vez, me falte oxígeno. ¿Que digo tal vez? De hecho, me falta; salir a la superfície y respirar.
Respirar.
Pero yo me vuelvo a ahogar, cada vez más, descendiendo por un recorrido que parece no tener fin.
Hasta que toco fondo, el suelo del mar. La arena del abismo, porque está todo oscurecido y no se puede vislumbrar ni una pizca de sol, ni una pizca ya de océano, aunque sea parte del mismo.
Sólo digo que,
ya no puedo.
Ya no más.
¿Qué van a entender ellos de nuestro amor? Ahora somos nosotros, juntos y unidos, más fuertes que nunca.
Nosotros, con el Universo.
Intento resuscitar entre las cenizas de mi mente, de mi cuerpo, de mi vida.
Un día le diré adiós,
así, sin más ni menos.
Porque habré entendido
que todo fue un bucle perdido.
Y querré decirle que lo amo,
y que lo amaré por el resto de mi vidas.
¿Cómo tener un amor sin ser amado?
¿Cómo alcanzarlo sin intención de amar al otro?
Sin mirarlo,
tocarlo,
acariciarlo,
besarlo,
en los labios.
¿Cómo?
Sólo quería, y quiero, que me quisieras, que me quieras.
¿Pero es que no lo entiendes?
Que te quiero,
que necesito demostrártelo,
que quiero quererte.
Flores marchitándose,
al igual que mi órgano vital;
pudriéndose, desintegrándose.
¿Qué es el amor?
¿Y cómo se siente?
Soy demente, en este tema,
pues mi mente se bloquea,
y mis palabras se silencian;
sonidos gritados en vacíos.
Te versaré un beso, te besaré un verso.
Ya te lo he soplado todo, de más de mil y una maneras, diciéndote que te quiero, queriéndote, sin decirlo y haciéndolo.
Me llenas el hueco con sonrisas, risas y maravillas; tú.
Y es que un día, así, sin querer te besaré y te soplaré una sonrisa tan grande, que demostrará todo el amor que siento por ti.
Poesía eres tú, lástima que yo no lo sea para ti.
Se me aparece nadie en mi mente. ¿Y sabes quién es ese nadie? Tú.
Me estaba masturbando y se me apareció poesía en mi mente; tus ojos.