Queriéndote, en gerundio

Te estoy queriendo, así, en un gerundio sempiterno. Es que eres perfecto, y este cielo tan impreciso, nublado, casi anaranjado, poco enturbiado y a rebosar de mariposas son las sensaciones -inéditas- que voy sintiendo por ti. El olor al suelo mojado después de una lluvia torrencial, me quiero quedar en ese latir, y contigo, para siempre, aunque sean dos días contados, y sigan descontándose los segundos. Estamos a escasos momentos de un invierno que, ojalá, sea tierno. Entonces, surfeo entre tus pupilas que me miran, que me miran; qué vergüenza. ¿No ves que me sonrojas todas las costillas? Están loquillas, por ti.


Descubre más de perezitablog

Únete al caos.


Publicado

en

por

Comentarios

Deja un comentario