Etiqueta: breves textos

  • Queriéndote, en gerundio

    Te estoy queriendo, así, en un gerundio sempiterno. Es que eres perfecto, y este cielo tan impreciso, nublado, casi anaranjado, poco enturbiado y a rebosar de mariposas son las sensaciones -inéditas- que voy sintiendo por ti. El olor al suelo mojado después de una lluvia torrencial, me quiero quedar en ese latir, y contigo, para siempre, aunque sean dos días contados, y sigan descontándose los segundos. Estamos a escasos momentos de un invierno que, ojalá, sea tierno. Entonces, surfeo entre tus pupilas que me miran, que me miran; qué vergüenza. ¿No ves que me sonrojas todas las costillas? Están loquillas, por ti.

  • ¿Cómo se sentirá?

    ¿Qué será el amor? Será un cosquilleo en el estómago y un pellizco en el corazón. Darse tregua constantemente y estallar en una guerra entera de besos hasta reventar de risa, aquella de carcajada sincera. ¿Y cómo se sentirá? Deletréamelo con la mano en el pecho, a escopetazo limpio, a juego sensato, directo y real. La vida es bonita, supongo, si la miramos con nuestros ojos, desde un amor leal, hermoso y fiel, solo quiéreme bien.

  • Siempre conmigo

    Quererme en gerundio,
    es hora de decirse a una misma:
    me amo y, por encima de todo, me seguiré amando;
    aunque sea caos,
    guerrera
    o desastre.
    Siempre conmigo.

  • Latidos ajenos a mí

    Tengo contradicciones,
    latidos que van en distintas direcciones
    y sentimientos encontrados.
    ¿Tú me quieres?
    ¿Y para qué?

  • Amándome

    Me di un tiempo
    dándome cuenta de que sí,
    de que se puede,
    de que se debe
    y se quiere.
    Porque no hay nada más bonito
    que amarse sin amarrarse
    y fluir hasta Marte.

  • Querer(me) siempre

    Me gustaría escribir(me) por y para mí,
    sentirme y no dejar de reír.
    Me gustaría cantarme, bailarme y fluir -conmigo-.
    Sí, porque ya es hora de ser egoísta,
    de dejar atrás a aquellas personas,
    cosas,
    momentos
    y estaciones que son depresiones sin sentido,
    que son emociones y, aún así, siguen queriéndose.

  • Es la hora

    Sin más,
    sin puntos suspensivos,
    sin quizás
    y sin un mañana.
    Y lo siento, no voy a permitir(me) fingir sonrisas.
    Porque me dejaré fluir y sonreír a carcajada limpia.
    Y si un día me veo triste,
    dejaré bajar el río por mis mejillas y luego saldré airada,
    sin porqués,
    ni cuestiones sin respuesta,
    ni dilemas en mi cabeza.
    Ya es hora de vivir porque quiero ser feliz.

  • Presentimiento

    Hay algo que no está bien.
    Lo presiento.
    Ese dolor en el pecho,
    esa presión en el estómago.
    Sentir(se) sin ser ya mujer,
    y aún así siéndolo.

  • Algo

    Me siento como que soy el jodido error, que tengo que pedir perdón por todo cuando, en realidad, los que necesitan perdonar son los demás. Y cuando, la verdad, es que me tengo que perdonar a mi misma por todo el daño que me he hecho, sin querer y queriendo.
    Me siento mal;
    echándome las culpas siempre,
    sintiéndome un jodido caos
    -sin solución-.
    Ellos, los humanos, y yo
    nos distinguimos en algo.
    Y es hora de cambiar.
    Tengo voz,
    cuerpo
    y alma
    y me debo vivir sin dolor ni tristeza.
    Me merezco ser feliz.