Etiqueta: blog literario
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Puntos suspensivos
Se me acaban los textos, quiero decir, las palabras, ¿O serán los sentimientos? Poner tantos cimientos, uno encima del otro, para después culminar en aquella nada. ¿Sabes de cuál te hablo? De las agridulces, ojalá sean más dulces que agrias. El caso, que me voy hacia las ramas podridas, destruidas, es que, ¿Qué? Ya me…
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¿Cómo se sentirá?
¿Qué será el amor? Será un cosquilleo en el estómago y un pellizco en el corazón. Darse tregua constantemente y estallar en una guerra entera de besos hasta reventar de risa, aquella de carcajada sincera. ¿Y cómo se sentirá? Deletréamelo con la mano en el pecho, a escopetazo limpio, a juego sensato, directo y real.…
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La vida continúa, o no
La vida continúa a pesar de estar enamorada, ilusionada y anonada. La vida continúa a pesar de tanto pesar y pensar. Y del todo a la nada en escasos segundos. Jaque mate, y mátame ya. Las cortinas grisáceas están intentando deshinibirse, pero sin querer se ennegrecen. Vaya jodida oscuridad. Arráncamela. Remonto, salto, tantos pasos hacia…
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La desilusión
A parte de que ¿Te puedo escribir algo? aún está gratuito, me paso por aquí para pasearme un rato indefinido y largo, y divagar. Además, con el impulso hacia atrás, y unos cuantos intentos de no sé qué, cerrar algunos ciclos, o dividirlos sin quererlos. El caso es que después de tantos sucesos abstractos, no…
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Me quiero, desde dentro
Voy tarde a la vida y, también, al acto de existir y de describirme. Porque, ¿Qué significa ser una, la que sea, estando inexistente? Un palpitar, un aletearse para acabar parándose siempre en el mismo, y mínimo, vaivén. Ven, ven y quédate. Agárrate, aférrate a mí, o al (otro) cora’. «Muñequita, muñequita», me dirá la…
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El amor, y un poco de ron
El amor rima con dolor, ¿Por qué le tengo tanto temor? ¿Será cuestión de romper los hilos? Esos del pasado, y pegarse tres tiros, después de que estalle el petardo. Sigo aquí, como cada jueves, quiero decir, viernes, estancándome en mi vaivén. De hueco en hueco porque me ahueco y, adueño, de yo que se…
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Solo me apetece llorar
¿Con insomnio? Me enchufo a la música y empiezo a leer, comiéndome la literatura como si no hubiera un mañana, total, ya es de madrugada. ¿Y sabes qué? La nada está latente a rebosar de placeres y vaivenes y nubes grisáceas. La luna brillante, y en soledad, estará latiendo por allá, en algún lado, pero…
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¿Dejarse florecer o florecerme?
Porque cuando una se deja florecer, ¿Luego qué? ¿Qué de qué? Pues café y sumergirse en un breve latir diferente. Ir de frente, abrir las alas y sonreír porque sí. Cuando el otro día, precisamente ayer, alcé la mirada, vi algunas nubes de algodón en la entrada de mi corazón esperanzado, y esperando a que…
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Chinchín
Bonito atardecer se ha quedado detrás de mis pestañas húmedas, y mi corazón que se desangra. El pasado, que se refleja en aquel tipo de latir roto, esta para recordarme que sigo entristecida. Coloco prefijos, desencajo sufijos. Pongo puntos suspensivos y comas y acentos, pero el final, el maldito fin es inexistente. Arraigada, armándome de…
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La semilla ya florecida
Quedarme ahí, con las pestañas húmedas y un sabor agridulce. Ven, aquí, a mi lado. Recordémonos, al día de mañana, de una forma bonita, sí, de un palpitar a rebosar de amaneceres anaranjados. Por un precioso precipicio se me caen las puntas puntiagudas de mi cora’, y oye, está bien sentirse nublada, ennegrecida y turbada,…
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La vida, cuando se cae a pedazos
La vida, cuando se cae a pedazos, es a veces tan triste y hermosamente rota que simulo, sin querer, un romanticismo innato, cuando, realmente, es un grandioso desastre. Los sentimientos parece que están a flor de piel, del papel, que raspa y rasga y me amarga. ¿Seré yo? ¿O será la mera existencial vital? O…
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Otra noche más, quizás
¿Me he quedado sin texto, sin contexto o sin sentimiento? La sensación ronda por mi corazón y, el hecho es que, bueno, ha muerto un trecho de mí o de mi ser o del reflejo de la sombra ennegrecida que cada noche se plasma mejor en el espejo. ¿Cómo definir o describirme? ¿Y la forma?…
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El amor se escapó
Me he dejado la libreta roja, y cada rosa, allá fuera. Se están marchitando, y enfriando, porque se quieren tanto que los colores, y dolores, repiquetean. Suenan los huesos y los reflejos de los espejos, sombras que se van ocultando para luego ir estallando, se van, pero en el otro vaivén. He perdido el tren…
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Querida, la otra yo
Queridísimo diario, ¿Me sale a cuenta esperar tantos días a alguien? Se rompen los años a añicos combinando con los daños. Le soplé tan intensamente a la esperanza, que se fue deshilachando hasta ahora: acaba de estornudar. La vida va de caerse, de derretirse y que el corazón se vaya, cosiéndose sin aguja. El mío…
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El viaje vertical, Enrique Vila-Matas
En El viaje vertical de Enrique Vila-Matas recorremos el vacío existencial tan abismal de Federico Mayol, el protagonista, narrado desde el punto de vista de Pedro Ribera, quien es escritor y dueño del hotel Bom Jesus, último lugar de su viaje donde se hospeda Mayol. ¿Pero qué sucede cuando uno mismo se siente tan cómodo…
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¿Los corazones pueden ser dementes?
Los corazones están dementes, ¿O qué? ¿Pero lo son realmente o solo se convierten en una ficción latente, tan irreal, que duele? Desdibújame y estréllate en la curva de la carretera, la más compleja y estrecha. Ahonda en tu ser, acciónate y déjate parafrasear o narrar lo que harás que nunca lograrás de la forma…
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Va a amanecer
Amanecerá, pero del revés porque los cielos se desbocan, se derraman, deabordándose, y ya. Sigo descendiendo en aquel vaivén que fue tan pasado y está aquí haciendo presencia con su esencia. Me caigo, mírame: soy torpe, pues puse el otro pie y ahora está agachado. ¿Mi corazón? Orgulloso, de mí, obviamente y, aunque hay instantes…
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Estancarse
Sigo aquí, pausada y, además, se va tensando la coma. Y entre espacios y acentos y señales salgo a la superficie para volver a hundirme en mi mar de dudas, de precipicios que siguen alzándose hacia el cielo. Estancarse, o arrancarse los pulmones de una bofetada, o dos, por describirme demasiado o, al menos, intentarlo.…
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El portazo del amor
¿Cómo me digo adiós a mi misma? ¿De qué manera? ¿Dónde está el portazo? Hace daños que me di un porrazo, y vaya tortazo. Me quedé allá levitando en un quehacer del revés. «Quiéreme, Anna, que el espejo de donde vislumbro tu reflejo está hecho añicos.» ¿Será que ahora el impulso es hacia arriba? Ir…
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El café, un corazón y nosotros
Le he dado un golpe al café, y se derramó. ¿Será la señal del último volantanazo? Voy escopeteada, siendo una lunática quien por cada día transcurrido se enamora de ti. Irme, que te escurras de mis deseos y que el sueño se haga realidad. ¿Besarte? Quizás. ¿Que me beses las entrañas? Ahí hay tantos ojalás,…
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Y si…
Si pudiésemos volar, abrir las alas y en vez de arrasar el suelo ir a ras del cielo con tu forma de quererme. Saltar, alcanzar las estrellas, y quedarnos estrellados, ambos ser un nosotros muy latente. Mirarte, embobarme en tus ojos. Te diría, si estuviésemos enfrente del mar, te diría «Tienes un mirar precioso. La…
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¿El amor es una necesidad?
¿Debería serlo? No, y aún así lo sigue siendo, creyéndonos que necesitamos ser queridos cuando realmente el amor consiste en elegir, en el acto de te quiero amar, e ir haciéndolo en un gerundio sempiterno. A posteriori del enamoramiento, solo queda continuar construyendo algo, el nido común, entre dos y ser uno al unísono. Cómo…
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Enlazar a mi ser
Desato el pasado, lo anclado ha flotado y aunque volvió lo encallé en el fondo del mar. El sentimiento se está ahogando, pero no tanto. Necesito contarlo, sufrí tan fuertemente. Los varios golpes se dieron de una intensidad que a día de hoy me quiebro, me quiebro, me quiebro… Y, bueno, estoy saliendo del estallido,…
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Qué hermoso, el quererse
¿Sabes qué sabor tiene el amor? Uno agridulce, quizás. En el más allá lo masticarás, incluso lo tragarás. O un balazo chocará contra tu cuerpo invisible e indivisible. Te crearás; serás. Otra forma de palpitar: entre bucles, pues eras tan transparente que, al cabo de diez años contados de pedacitos de arena, sumándose de tres…
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La colección
¿Qué va a salir de ahí? Una flor bien marchita. Se va colocando en el otro vaivén: el hueco deshauciado. Estamos, ambos, con las nubes grisáceas aún ennegreciéndose más. Duele, mata; la bala arrasa. Déjala bailar(se), déjala que va a volar… decían. Un vacío añadido a mi colección de corazones partidos. No sé, estoy lo…
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Siendo feliz como una perdiz
Llevo días sin describirme, introduciéndome en otro vaivén que viene más que se va. Voy bailando entre mis raíces. De ellas nacen las flores, nacen, y ya no se caen. Y, yo, que me creía perdida, oculta entre sombras, ahora, estas son otros borradores, ya desechados, y guardados en el cajón de mi corazón. Déjame…
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Otro -jodido- vaivén
¿Te estoy queriendo? Vaya, jodido, cuestionamiento interno. Dicen, o digo, yo qué sé, que debería hacerme una introspección. Me hice tantas… culminé en la desesperación porque absolutamente todas son meras expectaciones de mí que, al final, se quedaron en eso, en borradores. Ni lápices ni colores. En un grisáceo inédito, algo así como una suerte…
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A día de hoy soy yo
Ir yéndose, y vaya formas y qué ganas, sí, de ir yéndome, así, tristemente, mientras el vaivén de la nada y el bucle continuo de quebrantamientos inéditos van naciendo de la deriva hacia la flota marina. Se quedan allá, o aquí. Me derrito, es otra forma de latir, o de surgir entre las flores -marchitas-…
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Otra forma de suicidio
Querido diario, me estoy perdiendo de una forma tan descomunal, tan extraña, que muero una y otra y otra vez. No puedo más. Estoy agotada. Cansada de vivir y de la vida y de todo lo que rodea a esta. Y me quiero suicidar o, escribiéndolo de manera más sutil, quiero desaparecer. ¿Irme? ¿Pero a…
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Oye,
bésame las entrañas que no están húmedas, pero conquístalas con besos enternecidos: quieren amor. Las ojeras, los latidos y cada una de mis sonrisas bailan al son del corazón: se están queriendo para amarse. Me voy a quedar sin latidos de tanto ir armándose. Qué vaivén más sencillo, solo consistía en dejarse ir de forma…
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El amor,
¿Para qué?