Autor: perezitablog

  • Quiero quererle

    Un día le diré adiós,

    así, sin más ni menos.

    Porque habré entendido

    que todo fue un bucle perdido.

    Y querré decirle que lo amo,

    y que lo amaré por el resto de mi vidas.

    ¿Cómo tener un amor sin ser amado?

    ¿Cómo alcanzarlo sin intención de amar al otro?

    Sin mirarlo,

    tocarlo,

    acariciarlo,

    besarlo,

    en los labios.

    ¿Cómo?

    Sólo quería, y quiero, que me quisieras, que me quieras.

    ¿Pero es que no lo entiendes?

    Que te quiero,

    que necesito demostrártelo,

    que quiero quererte.

  • Amor

    Flores marchitándose,

    al igual que mi órgano vital;

    pudriéndose, desintegrándose.

    ¿Qué es el amor?

    ¿Y cómo se siente?

    Soy demente, en este tema,

    pues mi mente se bloquea,

    y mis palabras se silencian;

    sonidos gritados en vacíos.

  • Verso en beso

    Te versaré un beso, te besaré un verso.

  • Queriéndote

    Ya te lo he soplado todo, de más de mil y una maneras, diciéndote que te quiero, queriéndote, sin decirlo y haciéndolo.

  • Gracias

    Me llenas el hueco con sonrisas, risas y maravillas; tú.

  • Soplo

    Y es que un día, así, sin querer te besaré y te soplaré una sonrisa tan grande, que demostrará todo el amor que siento por ti.

  • Poesía

    Poesía eres tú, lástima que yo no lo sea para ti.

  • Nadie

    Se me aparece nadie en mi mente. ¿Y sabes quién es ese nadie? Tú.

  • Tus ojos

    Me estaba masturbando y se me apareció poesía en mi mente; tus ojos.

  • Una maravilla

    Entonces te dije «Vete, si quieres». El «si quieres» no recuerdo si lo dije o lo pensé.

    Te dije «Vete», y te quedaste. No dijiste nada y tus actos hablaron por ti. Te quedaste, conmigo. Maravilloso ¿o no?

  • Marchitándome

    Soy una flor marchita que llora hojas secas, pudriéndose en cada nuevo amanecer. Porque el astro solar dispara balas de ansiedad, cada vez que se va. Soy tierra, húmeda y seca, a la vez; fría y hueca. Soy océano, un caos justo a punto de estallar; las olas coléricas chocando contra las rocas, zarpando y buceando, buscando aquello tan anhelado: la felicidad.

  • Hueco

    Y un día, cojeré y me largaré.

    Sin billetera, sin dinero, sin ticket de vuelta.

    Me llevaré mi libro favorito y una botella de Whisky.

    Me la beberé a tragos cortos y, mientras, observaré el paisaje.

    Lo mejor será que no me verás partir porque, cuando creas que ya me estoy yendo, ya me habré ido.

    Y eso sí, ni me eches de menos, ni me busques, no me envíes mensajes, mucho menos me llames.

    Me cambiaré de casa,

    cambiaré mi identidad,

    mi número de teléfono

    y te bloquearé en cada una de mis redes.

    Ya no habrá opción, ni una pizca de esperanza pues ya no estaré nunca más.

    Y eso, te deprimirá, te desesperará, te martirizará y te dolerá.

    Pero que sepas, que siempre te tendré en el fondo de mi corazón, marchito y desintegrado.

    Porque ya no te quiero, y aunque te siga queriendo, te odiaré más aun, por la cicatriz que has dejado en mi alma, ahora, ahuecada.

  • Bragas y calzonazos

    Y yo, en bragas,

    y en mi cama.

    Y tú allí,

    vete a saber cómo.

    Y yo, en bragas,

    y quiero que tú,

    estés aquí;

    sin camiseta,

    en calzoncillos.

    Y que, ya que estamos,

    me cocines.

    Y lo digo muy en serio,

    eso, de que estoy en bragas.

    Son azul oscuro, por cierto.

    Unos culotte del Mickey Mouse.

    Son mis favoritos.

    Y, te voy a decir más,

    no me quedan mal.

    Hoy me quiero.

  • Qué beso

    Tú salías en mi sueño.

    Nos besamos.

    Y qué beso.

  • Te quiero

    Es como si no tuvieras prisa, como si tuvieras todo el tiempo del mundo, observando, analizando. Andando, sin rumbo. Y me gusta, me gusta esa forma tuya de ser.

  • Que día más raro hace hoy, y que rara me siento yo.

    Tal vez, es porque ya no estás, porque la luna se ha ido, o porque la lluvia ha amanecido.

    Necesito a alguien que me abrace.

    Hoy sí.

  • Enamórate

    Enamórate de mí,

    de mi ser;

    piel por fuera,

    piel por dentro.

    Enamórate de mis demonios,

    de mis cicatrices.

    Enamórate de mis lágrimas sin agua,

    de mis sonrisas puras.

    Enamórate de mi amargura,

    de mi desfachatez y de mi mala lengua.

    Enamórate de mi torpeza,

    de mi destreza.

    Enamórate de mi caos.

  • Viviendo

    Viviendo, en gerundio.

    Una vida pausada,

    una guerra acabada.

    Sangre derramada,

    amarrada a las entrañas,

    de las locuras estalladas.

  • Soy humana

    Tengo derecho a no querer hablar,

    tengo derecho a pelearme,

    tengo derecho a estar mal,

    tengo derecho a sonreír,

    tengo derecho a ser libre.

    Tengo derecho.

  • Piedras

    Hay piedras valientes,

    hay piedras cortas, de mente,

    hay piedras cobardes,

    otras cantarinas,

    hay piedras solitarias,

    otras, que están acompañadas.

    Hay piedras.

    Piedras de todos tipos, de cualquier modo y en pluralidades de tiempo.

    Y, todos, somos piedras.

    Tú eres una piedra, yo también.

    Lo siento. Lo somos.

    Porque hay algunas que se caen por el precipicio, ésas, son las más valientes. Después está la siguiente piedra, la cobarde -a secas y porque sí- porque, justo cuando empieza a caer por el precipicio grita y, una vez cae al vacío, ve que sigue viva. Canta, de alegría, a veces llora riendo. Pero canta. Y en esa misma oda de pena, se muere de soledad. Porque no hay nadie que la acompañe. Está, sola. Y, en medio de esa negrura espesa, empieza a llover. Otras piedras que también han sido como esa piedra solitaria que, ahora, empieza a ser acompañada.

    Son piedras, piedras que se convierten en personas o personas en piedras. Ya no sé distinguir.

    Es un bucle. Un bucle de ánimo que parece no tener fin. Y no lo tiene.

    Todos caemos y volvemos a levantarnos. Lo que pasa es que yo no he explicado cómo se levanta uno, porque hay piedras, que no se levantan. Y es que están gruesas, pesan, y están llenas. Llenas de emociones y sentimientos, cicatrices y rasguños profundos. Llenas de mierda por dentro, aunque por fuera sonrían. El caso es que están llenas y las alas no son suficientes para que vuelen, por lo tanto, se quedan en la superfície de la realidad siendo demasiado realistas sin ya poder volver a volar nunca más.

  • Locura pura

    Sabes que, cuando quieres a alguien, cuando te has enamorado de equis ser, de ti, sientes. Sientes tanto que tu corazón explota en silencio.

    Que palpita a mil por hora,

    que respira,

    que llora,

    que anhela,

    que añora,

    que quiere,

    que odia,

    en silencio.

    Siempre, en silencio.

    Hasta que estalla.

    Momentos de desesperación, de morir desnutriéndote, de insomnio, de ensueños ilusos. Momentos de locura. Locura pura.

  • Hay veces

    Hay veces, en las que me caigo, saltando el precipicio y quedándome del revés.

    Hay veces, que soy caos, desmadre y desastre. También arte, porque, al fin y al cabo, es aquello deshilachado, resquebrajado e insensible.

    Hay veces, que te quiero y, otras, que te odio. Pero aun así, te amo.

    Hay veces, que me estampo. Que soy vidrio, y me rompo.

    Hay veces, que te necesito.

    ¿Pero sabes de lo que no hay veces?

    Yo tampoco.

  • deseo

    Remolinos, juegan por mi intestino, traviesos. Son honestos conmigo misma porque me delatan haciéndome tiritar; me están haciendo entender que te quiero, cuando no estás y, cuando estás, aun más.

    Paseo, intranquila, por las calles. Es de noche, ojalá no estalles. Ansias de verte, ojos llenos de ganas, no me las quites; me ganarás con las palabras. Versos malditos, hechizados. Cuentos. Sueños. Realidades mutuas.

    Ya llego, te veo, de lejos, te observo. También está nuestro amigo común y nuestra amiga común. Se me asoma la sonrisa en los labios y los remolinos me suben a la garganta.

    -¡Hey!

    -¡Hola guapii!

    Le doy dos besos a mi amiga, después a mi amigo y, finalmente, a ti, mi amigo incondicional. No me lo pienso dos veces, te abrazo y, por suerte, la mía, me correspondes el abrazo, abrazándome más fuerte aun.

  • nunca se sabe

    Entonces, me doy cuenta de que debería haberte dicho Te Quiero. Porque nunca sabes cuando será la última vez que verás a una persona ¿y si mañana ya no estás? Y me dirijo a cualquier ser amado por mí: amigas, amigos, más que amigos, familia…

    Me siento…, ¿cómo me siento realmente justo ahora?

  • incerteza

    Anduve por las calles oscuras, húmedas. El olor a lluvia, su incerteza más pura.

  • lluvia

    Me encanta la lluvia, su sonido y el tacto de las gotas al tocar mi piel. Es escandalosa a veces, o muy delicada. Lo destruye todo o lo limpia, dependiendo de su caída; por su alegría o por su tristeza. Porque al principio se siente depresiva hasta que las gotas se sacian y el cielo se abre dejando paso a la luz del sol. Un trozo de mundo queda en verdadera paz, sólo por unos largos segundos ya que la tranquilidad se quiebra hasta el punto en que se rompe, justo cuando la humanidad -que no tiene humildad, ni educación, ni empatía y es egoísta- pisa sin dos dedos de frente el terreno aún húmedo destruyendo cada sensación que transmite la bonita naturaleza. La lluvia acompaña mis heridas, mis dudas, y mis miedos, y es la única que me acompaña en mis días tristes que son los más soleados. Y no le culpo al sol por resplandecer en un atardecer, le culpo a mis días con poca vida y mucha muerte. Y si para mí la muerte es vida, ¿entonces qué es vida?

  • Agua

    Déjame tragarte, como una agua desgarrada.

  • mi sonrisa

    Ya no tengo la sonrisa rota, aunque un poco loca y, colgada, por ti, sí.

  • Revolución

    Revolucionas mis neuronas y mis latidos.

    Eres arte, sastre, quien cose mis heridas.

  • deberé, debería

    Y viviré de sueños jamás cumplidos porque el mañana nunca llegará. Lloraré, me dolerá, lo sé. ¿Pero qué más puedo pedir? Si no está destinado a mí, deberé seguir.

  • Cualquier excusa

    Busco cualquier excusa para hablar contigo.