Etiqueta: triste

  • Vacío

    Quiero esperar al amanecer y dormir durante el atardecer. No tengo sueño, porque pienso, porque siento. Tiemblo ante un mundo injusto y lleno de crueldad. Y así va que me hundo en una miseria hermosa, y muy humana. Temerosa de todo esto me voy ocultando entre las risas -sombras- de las personas. Sólo hay gente. Muchedumbre. Los pasos hacia la gloria se esfumaron, desaparecieron. E intento -uno absurdo y sin sentido- abrir mis alas y volar. No puedo. Soy un pájaro a punto de despertar del ensueño que luego se acaba matando. Cayendo. Voy con la vida entre mis manos porque, como dije, voy acelerando para acabar derrapando. Y entre ellos avanzo adentrándome en un caos sin salida. Sollozo, a sorbos lentos. Se me atraganta el corazón en la garganta. Y se queda ahí intentando bajar, queriendo con todas sus fuerzas volver a su lugar. Pero ahí está hasta que, bueno, salta. Y tan alto que sale por mi boca y yo me quedo vacía. Hueca.

  • Ayer

    El día no ha empezado mal, tampoco ha acabado bien. Porque el intento de leer se ha quedado en eso, en un intento de algo. Como levantarse por la mañana y decirse a una misma «hoy será un bonito día». Si hermoso ha sido. Lleno de dolor, de granizo y sol. Después, ha llegado el bucle. Ya no quiero escribir de rutinas ni tampoco de vidas. Simplemente quiero dejarme ser -paz mental- y tener salud, una poquita. Vete a saber qué pasará mañana. O pasado. Nadie lo sabe. Pero es que yo no quiero saberlo. Sí, cierto, tendré muchas horas para escribir, para sentirme y rememorar momentos. Revivir aquello muerto. No quiero, no estoy interesada en ello. Porque me retumba el cerebro y las palabras sobrevuelan mi cuerpo. Y, llegados a este punto, ya no sé si estoy o si soy. Ser soy, ¿Pero cuál? Cada quien tiene su mierda, cada quien entiende su miseria, o su fortuna. Dependiendo de la perspectiva.

  • Navidad 2020

    He salido a la calle y mientras paseaba la noche se encendía. Las luces navideñas, los árboles de Navidad. Esta vez no había villancicos, ni niños correteando felices. Se los han comido las perdices y el cuento ha sido contado del revés. Es real. Demasiado, porque está pasando. Mirando la noche oscurecida he sentido nostalgia. Todo estaba oculto entre la negrura. No se veía la esperanza, no se escuchaba la fe palpitar entre nuestros corazones. El silencio abundaba. Se sentía tanto que dolía a lágrimas espesas cayendo del cielo chocando -rotas ya- contra el suelo. Sin tonalidades de color, sólo un tono grisáceo glaciando toda la ciudad. Helándola, llenándola de una depresión ansiosa que se está escampando sin cesar, que se va ensanchando sin parar. Caminaba sola y me he sentido más aún. Y luego de estar contigo, amor, he necesitado digerir este paisaje que se me ha quedado grabado como una cicatriz. La más profunda, la que cicatriza sin tener cura. Que aunque le pongas una tirita, ésta acabará desistiendo, derrumbándose para siempre -todos, tú y yo-.

  • Que vibre el amor

    Son unas Navidades distintas;
    más frías,
    más solas.
    Aquellas que dices «me falta algo», y ese algo son ellos;
    las personas.
    Lo que forman el mundo, las que dan sentido a las vidas. Las que hacen que todo gire, que brille, que vibre.

  • Tristeza

    No es depresión
    es tristeza profunda;
    cuerpo malherido,
    corazón agrietado
    y alma vacía.

  • Ser a pedazos

    ¿Qué vas a saber del acto de leer? De quedarte mirando en la nada pensando en la fe, en la que esconde el libro. Y el dolor que desprenden sus palabras. Momentos inéditos de mi vida; inolvidables. Me rompen, me achican.
    Escuece el verbo, mata la palabra haciéndote revivir en una frase. Y, justamente, esa, es la que te hace sentir; llorar internamente, ser. Y qué bonito, ¿No?

  • Tristeza

    Hoy me permito estar triste,
    me dejo ser así.
    Porque somos facetas,
    de nosotros mismos;
    nos influencian los otros.
    Y quiero recordarte
    que puedes
    -puedes-.
    Sal al exterior y
    vuela desde dentro.
    Saca ese pecho tan grande que tienes,
    y vívelo.
    Exprímelo.