Otra forma de morir, o de sanar. Con la bestia dentro, el monstruo se tranquiliza. Tu corazón brilla al son de aquella ola colérica, con furia. Mucha. Y la llama, que estalla, que aún estalla. Dime, solo respóndeme la pregunta:
¿Me estás queriendo al mismo tiempo que late el viento?
Porque yo sí, yo lo siento, aquí, en mi pecho. Y voy muriendo.
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