Autor: perezitablog

  • Ya no siento

    Intentos de escribir un texto bueno, mejor dicho, decente. Que tenga esencia, el ser. Que exista por sí mismo. Pero como ya no soy, es decir, que ya no siento, pues no me pierdo y no tecleo letras en estos tiempos. No puedo, porque no me nace escribir canciones de letras, y aun así, hago metáforas.

    No soy mariposa, soy gusano; aun aguanto, estoy madurando.

    De hecho, quiero escribir poesía, tirarme en una vía y renacer en otro día.

    Y, hay veces, en los que los textos largos no son los mejores, pero es que los míos son los peores.

  • ¿Viva o muerta?

    Estoy bloqueada, no me salen las palabras. Y no en el habla, sino en la escritura.

    Porque empieza la muerte, la mía. Justo cuando sale el sol, a mí se me nubla el corazón. Ser sin razón. Descuidarse y lamentarse.

    ¿Qué se es cuando no hay ser en tu interior?

    Seré persona,

    seré vida,

    seré amor u odio.

    Seré un objeto,

    o subjetiva.

    Seré una canción,

    una risa.

    Lo que no sé es si estoy viva o muerta.

  • Mi yo interno

    Y empiezo,

    y no puedo terminar.

    Siempre es el mismo comienzo,

    no puedo parar de caminar.

    Me encierro,

    me pierdo

    y muero;

    muerdo.

    Soy un bocado,

    un huracán,

    una bomba explosiva.

    Soy caótica,

    desprendo caos.

  • De luto

    De luto,

    es cuando tu alma se ennegrece,

    cuando todas las rosas de tu corazón se marchitan.

    Cuando la sangre de tus venas se paraliza,

    cuando las calles se nublan de neblina espesa y el cielo se cierra.

    Cuando empieza la noche sin intención de terminar, cuando las estrellas fugaces caen.

    Y cuando suena aquella canción que me recuerda a ti.

    De luto voy, por tu culpa.

  • Fuerza

    Siempre me quedo atrás, en el pasado, pensando en el futuro. Porque estamos en Octubre y aun siento las olas galopando en mis dedos. Olfateo la sal, se me pega en mis cabellos castaños y mi risa estalla sin prisa. Por aquellos tiempos tenía el alma rota pero libre. Y sentía mi corazón partido latir por trozos. Latía. Que bonita sensación y extraña. Te quería tanto… -para el chico que no supo valorarme lo suficiente-. Te quise. Ya no te quiero. Fugaz fue y tengo una fortaleza dentro de mi pecho; fuerza.

  • Romperse

    Caéte ante mí, criatura.

    Rómpete,

    mátate.

    Cogeré mi mejor sonrisa,

    saldré ahí fuera

    a romper corazones.

    A romperme,

    a reanudarme

    y quererme.

    No iré con tacones,

    luciré de negra,

    de luto me vestiré.

    Pisaré fuerte, arrancaré almas.

    Te desgarraré.

  • Realidades

    No sabes lo que es romperse de golpe y,

    luego, a pedazos.

    Ni que tu corazón estalle, no a risas, sino a llantos. Y que tu cuerpo se desintegre, se marchite al compás lento.

    No sabes lo que es ir muriendo en vida, no sabes lo que es vivir con los ojos abiertos, percibiendo cada sensación, sin sentir latir tu corazón.

    Y se crea un caparazón alrededor tuyo.

    Y empieza el miedo, el no saber, la indecisión, la inseguridad y la sonrisa falsa.

    Comienza el yo y sólo yo y, que a los demás, los zurzan. Que te preocupas por ti misma, creándote una pared indestructible e interminable alrededor de tu ser.

    Ya nadie puede volver a ser contigo, -ya nadie podrá volver a ser conmigo-.

  • Yo

    Quiero disfrutar del tiempo,

    no quiero que me mate;

    por soledad,

    desamor o,

    simplemente,

    aburrimiento.

    Quiero ser yo,

    una imágen inédita,

    un borrador,

    o una fotografía de color sepia.

    Porque no soy cualquiera,

    soy aquella chica aburrida,

    de sonrisa enternecida

    y corazón caótico.

    Que tengo el coraje por las nubes,

    y la autoestima por los árboles.

    Y soy feliz, y lo intento y lo consigo.

  • Mis días

    Siempre salgo de casa con los auriculares puestos, y un poco de prisa.

    Y no tengo tiempo a pensar, sólo a caminar rápidamente. Porque me pienso que no llego y, cuando entro a la estación y miro el panel, aun quedan dos minutos por delante. No me da tiempo a sentarme, me quedo de pie.

    Y espero, y llega, y pico, y se abren las puertas y entro.

    Entonces observo a la gente, pero nunca escribo de ella cuando la tengo en frente. Me da vergüenza que me lean mientras estoy en mi fase de inspiración.

    Mis días, estos, son en los que estoy más cuerda. Y no me gusta, quiero locura y caos. Estallar en una risa, luego llorar por un amor no correspondido y correrme en una ilusión.

  • Acrobacia

    La acrobacia,

    es que sales corriendo de casa,

    con un libro en mano

    y los zapatos desgastados.

    Que llegas tarde,

    y el tren se te va.

    Pero con un poco de suerte,

    lo alcanzas al vuelo.

    Siempre mirando la hora

    y nunca viéndola;

    así se pasa la vida,

    en un tic-tac parpadeante,

    esperando intermitentemente,

    como el semáforo que se pone en verde.

    Y erre que erre, un pie delante del otro,

    corre, corre -te dices inconscientemente-.

    Siempre con prisas,

    estrés,

    y un montón de faena por hacer.

    ¿Cuándo se acabará la rutina?

    Te preguntas.

    Nunca; tiempo interminable.

    Agotador,

    desolador,

    desgarrador.

  • Desencuentro

    Y como no me pudiste dar amor, o porque no quisiste o porque no supiste, me ofreciste canciones, que me vacían los ojos y me llenan el alma.

    ¿Por qué? Y, ¿para qué?

    Para joderte, para joderme, para jodernos.

    Ya no soy, ya no estoy. Ya no.

  • Duelen

    Necesito un corazón,

    enamorarme

    y una nueva risa.

    Se apellida

    y siempre va con prisa.

    Es,

    y ahí me quedo.

    No alcanzo las palabras.

    Duelen.

  • Vagabunda

    Soy melancolía,

    tristeza,

    vacío.

    Aun así me río,

    como una vagabunda enamorada;

    que perdió su billete de vuelta,

    su hogar,

    y su corazón.

  • Letra

    Y me estoy diciendo a mí misma que lo intentaré, que no perfeccionaré, que desgarraré las palabras. Las descuartizaré, las diseccionaré. Pero no las enterraré, porque no es bueno. Claro que no, ¿qué sentido tendría?

    Quiero, tiempo verbal actual, sacarles las garras. Cogerles el órgano principal y desangrarlas. Imagínate a una letra llorando sangre. Y es que de ahí, justo, sale la carne bien hecha, sincera, aunque duela.

  • Ser humano

    Quiero decirle tantas cosas al ser humano que, al momento de la verdad, me quedo muda.

    Quiero hacerle entender que es ira,

    rabia,

    melancolía.

    Absurdez

    y estupidez.

    También risa pero nunca será poesía.

    El ser humano es crueldad, maldad.

    Y un cuerpo de mujer siempre será arte, además de un alma.

    O una flor marchitada,

    o una cicatriz encerrada en su bucle de realidades.

    Y una verdad.

    Una anatomía,

    la gastronomía.

    Pero el ser humano, jamás.

  • Ilusiones

    Y si hablo de ti, si escribo, mejor dicho, ya no me hundo. Estaba buscando pretextos, trazándolos para llegar al principio del todo, para alcanzarte.

    Si te soy sincera, no hay manera de quitarte de mi cabeza. Ya no escribo con melancolía, ni con ira. Tampoco con ternura ni finura. No escribo con pesadez, tampoco con pájaros en mi mente. Escribo con lucidez, con claridad y con un cursor parpadeante a la espera de que se me escape cualquier «Te necesito» o «Te quiero». Aunque nunca te lo dije, tal vez porque nunca te quise. Fuiste una fantasía ilusa, como todas mis ilusiones pasadas.

  • Decadencia

    Ese momento en que no hay sentimiento,

    ese;

    no duele,

    no rasguña,

    no quiebra,

    no desgarra

    y no mata.

    Pero te hace envejecer unos años por dentro, interiormente. Hace marchitarte, poco a poco, al compás del tiempo, que es tan audaz, tan suspicaz.

  • Desalmada

    Estoy cansada,

    agotada,

    derretida,

    abrumada.

    Soy una desalmada.

  • Inercia

    Mi corazón ennegrecido,

    no se da por vencido.

    Florece,

    se enternece.

    Y no quiere,

    pero la inercia lo retiene,

    en la candencia de las miradas,

    las que vienen y se quedan amarradas al alma.

  • Sobrevivir

    A los rasguños,

    a las cicatrices,

    a las heridas,

    a los corazones rotos.

    Sobrevivir al dolor,

    a la decadencia,

    a la abundacia

    y a la escasez del desamor.

    El desamparo,

    el no saber,

    el sentir demasiado.

    Sobrevivir a la vida,

    asusta,

    desgarra,

    mata.

  • Iceberg

    El invierno nunca llegará a mí, pues ya hace tiempo que está dentro de mi ser. Se incrustó como cuando un barco choca contra un iceberg.

  • Demente

    Quiero cojerte, decirte y, luego, escupirte.

    Esculpirte un nuevo tú.

    Porque no has sido sincero conmigo. Y, eso, me está jodiendo.

    Me jodiste.

    Tal vez, fue un despiste.

    O es que estás descerebrado.

    Pero lo más probable, es que te sientas culpable.

    No voy a tolerarlo más, no voy a tolerarte.

  • Soledad,

    alcánzame;

    Cójeme de las bragas y arrastrame hacia ti, si es necesario.

    Eres una condena,

    una sicaria.

    Eres pena y melancolía.

    Eres una desgraciada, no tienes alma.

    Porque, cuando menos lo esperan, los atrapas, los alcanzas y los matas de soledad. Los desintegras por dentro, dejándolos huecos. Vacíos.

    Eres la soledad,

    la puta soledad.

    Pero yo, sola no estoy.

    Aun tengo sangre.

  • No lo es

    Sonríe, y no es feliz.

    No sonríe, y cree ser feliz.

    Llora, y quiere serlo.

    No lo es.

  • ¿No? No

    Mi alma está muerta pero quiere salir a flote, tiene ganas de vivir.

    Mírala, tan bonita, así, deshecha, destrozada, ahuecada, desalmada.

    De hecho, no quiero que se rehaga.

    Está bien.

    Estoy bien, yo también.

    Porque sí. No hay motivo por el que estar mal.

  • Celosía

    Nunca he escrito de la celosía.

    Nunca he escrito sobre ella, la reina de este mundo, mandando con la cabeza ahorcada porque no piensa.

    Se deja llevar por impulsos.

    ¡Impulsiva!

    -Yo..-

    Impulsiva de mierda.

    Ven, mata al mundo. Y, ya que estás, mátame a mí.

  • Danza

    Danzando entre las hojas coléricas de mi alma.

    Cantando un sonido agudo, quebradizo.

    -Quiero volar, quiero volar, quiero volar-.

    ¿Por eso antes tengo que estrellarme contra el suelo?

    Arrasarlo y nunca soltarlo.

    ¿Por eso, antes, tengo que morirme de pena?

    Sólo quiero vivir en una risa, estallada con prisa, recorriendo aquella herida que, con el tiempo, ha dejado de doler.

    Sé que llegará otra. Pero, ¿tan profunda como la anterior?

    ¿Más profunda?

  • Negación

    Me niego,

    a querer mi pasado -aquí-.

    Me niego a quererte a ti.

  • Inocencia

    Melancolía,

    en los ojos,

    en el alma,

    en los destellos,

    que brillan durante la oscuridad,

    ensombreciendo un corazón inocente.

  • Amar(se)

    ¿Volveré a amar?

    ¿A amarme?

  • Querer

    No luchaste lo suficiente, te acobardaste.

    Tal vez, nunca llegaste a quererte,

    a quererlos,

    a quererme o,

    simplemente a querer.

    No te atreviste.

    «Queriéndote» estaba yo. En gerundio.

    Intento suicida, claro era.

    Claro es.

  • Estrella fugaz

    Mírala,

    con esa mirada melancólica y el pelo sin arreglar.

    ¿La miraste?

    Con su dulzura y brillo en los ojos; pasado.

    Invienros atascados, que nunca acaban, que no pasan. Que se estancan.

    ¿Y qué me dices de los veranos?

    Aquellos que no deslumbran, que arrancan almas, que las desgarran.

    Así se siente ella;

    melancólica,

    estancada,

    arrancada

    y desgarrada.

    Por dentro.

    Porque por fuera parece bella, destella.

    -Cualquier estrella-.