Soledad,

alcánzame;

Cójeme de las bragas y arrastrame hacia ti, si es necesario.

Eres una condena,

una sicaria.

Eres pena y melancolía.

Eres una desgraciada, no tienes alma.

Porque, cuando menos lo esperan, los atrapas, los alcanzas y los matas de soledad. Los desintegras por dentro, dejándolos huecos. Vacíos.

Eres la soledad,

la puta soledad.

Pero yo, sola no estoy.

Aun tengo sangre.


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