Mírala,
con esa mirada melancólica y el pelo sin arreglar.
¿La miraste?
Con su dulzura y brillo en los ojos; pasado.
Invienros atascados, que nunca acaban, que no pasan. Que se estancan.
¿Y qué me dices de los veranos?
Aquellos que no deslumbran, que arrancan almas, que las desgarran.
Así se siente ella;
melancólica,
estancada,
arrancada
y desgarrada.
Por dentro.
Porque por fuera parece bella, destella.
-Cualquier estrella-.
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