La primavera ya florece,
tu mirada me enternece
y mi corazón enloquece.
Porque las rosas,
las de nuestras almas,
están naciendo
sin querer y queriendo.
Creciendo en una ruta imprevisible,
demasiado bonito para que sea real.
¿Sueñas?
Yo sueño con tenerte el resto de mis días.
Vida mía,
cielo,
corazón.
Amor, te quiero.
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