Tu amor no es mío y, aunque sea toda tuya, nunca estaremos unidos. Porque somos de cada uno, tú de tú y yo de mí. No quiero romperte los esquemas pero yo soy muy mía y aunque te comparta contigo…, ¿Y si un día ya no estoy? En aquel instante me diré «No soy». Ciertamente y sin querer fluimos y nos fusionamos; con cada beso, mirada, grito y estallido reflejado en el alma. Pero no llegaremos a ser del otro completamente. ¿O sí? Delirando voy por la vida y dar un paseo se me resigna. ¿Y si estoy equivocada? ¿Y si el amor es pertenecerse el uno al otro? Agarrarse y completarse. Yo no creo en eso. Una pareja puede encajar pero también desencajar y, eso, no quiere decir que no estén destinados a ser. Porque toda la vida puede ser sólo un segundo metido en la eternidad del infinito.
Eternidad espontánea
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