Y que lo entiendo, eso, de que no te gusten mis fotografías llenas de cosas impactantes como unos pechos o unos dedos introduciéndose en la diana. Y te lo voy a decir claro, sin dejar estupideces de por medio, porque, no vale la pena. Yo quiero ir al grano y, tanto, que me enrollo y no acabo. Lo dicho, dicho está, lo escrito también.
Lo que quiero hacerte entender es que, estas fotografías, o algún que otro texto, son naturaleza pura y dura, sensible y sana, muy sana. Y es que no debemos escondernos de estas cosas pues son lo que nos llevan a la vida.
Y ahora me dirás que te has perdido, que hace tiempo, desde que me llevas leyendo, que no entiendes hacia que dirección voy. Pero, no te preocupes, ni yo me preocupo por eso, pues, cada vez que escribo se me va el alma al cielo y, el corazón, al infierno, para después juntarse, unirse carnalmente.
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