Contigo soy paz, amor y guerra.
Paseamos por la ciudad mientras tú llevabas un cucurucho de patatas fritas en la mano y yo tu mirada en el alma.
Te quise en todos los instantes pasados, y presentes. Te tuve ensimismado en mi mente. Porque eras y eres mi fuente de energía.
Seguimos caminando sin parar de hablar hasta llegar a un parque. Nos sentamos en el césped donde delante había un lago, un bar y muchas luces encendidas. No era excesivamente bonito, porque para eso ya estabas tú. Pero tenía un encanto porque a tu lado, todo era magia.
Y estuve hablando un rato largo yo, mientras mi mirada se perdía en un punto borroso lejano y en tu rostro. Luego hablaste tú. Sacamos muchos temas de conversación.
Fue una noche agradable. Y es que me agarraste y me besaste. También me miraste. Y yo te miré y te observé, y me enternecí. Porque te tuve entre mis brazos pudiéndote acariciar y besar. Pudiendo ser contigo.
Tuvimos paz en nuestros sentimientos, nos dimos guerra con los diálogos y mucho amor con los besos.
Deja un comentario