El mundo, el mío, está demasiado quieto. Tranquilo y sereno. Y, ahora que es verano, no hay manera de vivir. Antes tampoco lo hice, me llevaba la corriente. Actualmente puedo hacer aquello que quiero. Lo hago, pero cuesta. Y nadie -nadie- dijo que sería fácil ni difícil pero yo me veo en un momento que no es ni instante. Y amo tanto esto, que no. No.
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