Por fin me puedo desahogar,
soy mar,
neblina espesa.
Y todos estamos tristes,
comemos perdices
muriendo con profundas cicatrices.
El terror a mirarme en el espejo
donde habita el reflejo
(de mi ser).
Nunca creí, pero volví.
Ahora vuelo entre nubes grisáceas,
tonalidades ambiguas,
oscuras,
vívidas,
o sea,
ausentes de colores.
Sin color
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