Te vi tan bien que hasta me ilusioné, que justo cuando me viste te echaste el pelo hacia atrás, como haces siempre que me ves. Pero esto no puede ser; que tiemble tanto al verte. Terremotos y hormigas. No puede ser. Es inaceptable, no puedo enamorarme, no de ti pues tú de mí no lo estás. Y, por eso mismo, me niego a aceptarte, a echarte de menos, a hacerme más daño de lo normal. Ya lo superé, aun así, sigo escribiendo de ti. Las palabras vuelan por el tacto de mi teclado, mis dedos. Y sonrío, ya no lloro. Pero, por favor, si digo que te alejes, no lo hagas.
Quédate
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