El otro día, conversando con mi pareja, me salieron varias dudas de las cuales, actualmente, reflexiono sobre lo siguiente:
¿En qué consiste amarse?
De esta cuetión nace un mensaje de texto que probablemente nunca le envíe, pero que, seguramente, en un futuro surgirá el tema donde acabaremos acotando, dentro de nuestras posibilidades, el cóctel molotov de incertezas.
Porque yo, desde muy pequeña, siempre he querido certezas y poner las cartas sobre la mesa. Saber y coincidir a ciencia exacta lo que pasará y será de mi futuro, ya sea a corto o a largo plazo.
Actualmente, me doy cuenta de que es un «hecho» totamlente improbable, ya que el «hecho» es un deseo o un instinto enganchado en mi ser que cada vez se va deshaciendo para, así, después, poder accionarme y conseguir aquello que quiero realmente.
Desde mi perspectiva, una relación se basa en construir conjuntamente y, obviamente que muchas veces será la destrucción y que parecerá incluso que con él nos estemos queriendo de forma tóxica, pero para salir de ese bucle y de tal fase, hay que desaprender mucho para aprender. Hay que desamar y amar el doble de lo que te han amado mal. Además, hay que ir queriéndose a uno mismo contínuamente.
Me dijo que estaba esperando, a lo que le respondo con varias dudas:
<< ¿A qué, amor? ¿A que me quiera? ¿Pero para qué? ¿Por qué?
Es cierto que me cuesta quererme y que, por momentos, parece que nunca alcanzaré un amor absoluto, pero es que el lograr amarse al cien por cien es imposible.
Es como nuestro amor, ¿Sabes? Hay días en los que te amo mucho, otros en los que te admiro, otros en los que te quiero y otros en los que te aprecio.
Pues lo mismo pasa con el amor propio. A veces somos duros con nosotros mismos, pero así nos va, ya que cada causa tiene su consecuencia.
Lo que quiero decir, o intentar explicarme, es que hay instantes en los que no me quiero tanto, otros en los que solo me aprecio o me acepto o incluso me amo, aunque sea un minuto. Pero así es el amor: quererse en todos los ámbitos desde varios recovecos y en distintas cantidades.
¿Que sería mejor amarse con calidad? Sí, ¿Pero quién te asegura que ahora mismo, en este párrafo, te estás amando a tope y saludablemente?
El amor propio es una carrera de fondo porque consiste en ir esforzándose paso a paso para quererse un poquito mejor que el esfuerzo puesto en el minuto anterior. >>
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