Niña, no te preocupes. Eres pequeña, aún tienes que crecer. También eres frágil y fuerte.
Recuérdate que vales, no la pena, no el oro. Que vales por ser tú. Y sólo por eso ya deberías ir aprendiendo que no todo lo que brilla es real, que tiene más de una cara. Que si no observas el mundo con perspectiva te vas a matar, a hundir. Dejarás de fluir. Y sonreír. Sí. En muchos momentos. Pero no por ello serás menos, simplemente serás. A secas. Que está bien que te digan «quiérete». ¿Pero de qué sirve si el que te lo dice no te quiere, no te respeta y no te admira?
Niña
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