Ábreme las puertas de tu infierno,
quiero caer en él.
Y es que hay muchas formas de ser,
y por eso, contigo quiero ser.
Y aunque no estés o te vayas,
en un mañana no muy lejano,
seré, sin ti.
Porque podré, lograré, dejarte de sentir.
Eso es lo que quiero; lo conseguiré.
Dejaré de llorarte y lamentarme por un amor que ni siquiera tiene alas o, quizás,
demasiadas. Se alzan al vuelo muy rápido y, después, acaban estrellándose.
Como siempre.
Siempre.
Deja un comentario