Dolorosamente bonito

«¿Por qué yo?, Te cuestioné esta tarde entre lágrimas. Sintiendo que no encajaba en este mundo mientras me dolía la vida y tu mirada se perdía en mí. Buscando la respuesta, suplicando que dejase de sufrir.
No fue así.»

Llegué a tu casa, hicimos el amor y luego nos acurrucamos para dormir un rato. Tú dormiste, yo lloré internamente mientras pensaba sin parar. Primero, una pregunta pasó por mi cabeza escopeteándome el corazón. Después seguí pensando en todo. Hasta reflexioné porqué el armario era marrón para dejar de pensar en lo que estaba pensando. El dolor de cabeza aumentó. Estaba inquieta, no podía dormir. Me movía de un lado a otro y tú me abrazabas más fuerte todavía. Pensé en el porqué. ¿Por qué no te dabas cuenta que estaba mal? Roncabas tan tranquilo que cuando despertaste hablaste. Me dijiste que lo soltara. Pero yo no quería. Me sentía tan débil, frágil y rota… Si empezaba a hablar me rompería delante tuyo. No me aptecía. Pasaron veinte minutos y justo después de ir al baño y acurrucarme a tu lado, exploté. Me derrumbé entre lágrimas. Antes de estallar se me escapó una sonrisa tan… Quebrada, que era un llanto personificado. Y otro y otro durante mi discurso lleno de sufrimiento.
Fue dolorosamente bonito.


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