Sus ojos,
son café moreno.
Sus labios,
son tinto rosado.
Que, conjuntos,
son la mezcla más bonita
del mundo.
Porque no habéis visto
su sonrisa.
Ni sus ojos achicados,
cuando sonríe.
Porque no habéis escuchado
cuando estalla riendo.
Ni tampoco habéis
sentido su voz.
Ni palpado su tacto.
No sabéis nada,
y ya podéis empezar
a envidiar porque es para
morirse de la rabia
al saber que es mío y no vuestro.
Y por eso muero de rabia yo también,
porque no es mío y nunca lo será.
Él es de la Tierra, del Océano y del Aire.
Porque es Universo, y estalla Galaxias.
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