19

No, no hay paz en mi interior. Si el exterior está ajetreado, emborrachado, ¿Cómo voy a estar tranquila?

Impaciente y con angustia ansío un futuro que nunca llega.

Y quiero mucho amor, sólo alcanzo el dolor…

Mi cuerpo tirita de frío, los huesos se congelan. No soy persona. Tampoco quiero serlo.

Introspectivamente me miro; el espejo refleja flores marchitas y, alguna que otra, medio a florecer. Estoy creciendo y, volviendo a amar a la Tierra, me admiro.

Me veo queriéndome,

escribiéndome poesía en la orilla de la playa.


Descubre más de perezitablog

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Comentarios

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más de perezitablog

Únete a otros 933 suscriptores