Etiqueta: amor

  • Amor mío

    Porque contigo es siempre amar,
    el mar.
    Salir del bucle y volar,
    a Marte.
    Ser extraterrestres en una luna infinita,
    lejos de la vida.
    -Porque contigo, siempre, amor mío-.

  • A bocajarro

    No sé si soltártelo todo a bocajarro,
    así, sacando la escopeta
    y disparando la bala en un punto muerto
    -tu corazón-
    que parece estar duro como una roca.
    Que ni rascando,
    que ni tocando,
    que ni besando.
    No hay manera,
    y yo me rindo.
    Dejo aquí mi taco de billetes,
    me saco las zapatillas,
    me desnudo al completo
    y abro mis alas para empezar a volar.

  • Ya no.

    No pienso perder más el puto culo por ti.
    Me cansé,
    sí,
    me cansé de ser siempre yo contigo,
    yo hacia ti,
    yo para y por ti.
    Pues, ¿Sabes qué? Ya no.

  • Alocadas

    ¿Te acuerdas, amiga?
    Cuando escuchábamos a Amy Winehouse en los pasillos del instituto.
    Nos flipaba, éramos unas amantes del vivir;
    de volar entre cuatro paredes,
    de arriesgar
    y ser más que estar.
    Los profesores diciéndonos que aquello no era permitido.
    Y digo yo, ¿Qué sabéis vosotros del arte?
    De escuchar y más que oír sentir.
    -Sentir-,
    tú y yo alocadas,
    y bailando lo imposible,
    lo indefinible,
    lo infinito.
    Aquellas éramos -somos-.
    En los huesos,
    calándose -la melodía- en el corazón.
    Y empatizando y sufriendo;
    por ella,
    por nosotras
    y por todos aquellos
    -los que sufrieron, los que aún sufren-.
    Porque al fin y al cabo,
    lo que nos queda
    es un recuerdo lleno de amor.

  • (Seré otra)

    Y es que llega la tarde, las siete concretamente y, bueno.
    Que ya no soy persona.
    Que llevo encerrada mil vidas ahí adentro -en mi cuerpo- y no hay manera de salir.
    Que necesito mar, alma y una copa de vino tinto.
    Me estoy volviendo loca, y no quiero.
    Aborrezco esto -mi ser interno-. Es cierto que amo la soledad pero no sentirme sola. Entiéndelo, y enciéndeme un cigarro.
    Después de esto no me vas a reconocer,
    porque ya no seré yo.
    Spoiler: seré otra.

  • Ser amor contigo

    Me apetece bailar contigo;
    en medio de la calle
    o en una habitación de hotel.
    Donde sea.
    Sólo nos quiero,
    a ti y a mí
    brillando en el cielo.
    Sonriendo y cantando,
    tocando de puntillas,
    el amor.

  • Bailar desnuda

    Bailar, y punto.
    En mi habitación y desnuda,
    libre de dudas,
    de miedos
    y prejuicios.
    Saltando,
    cantando,
    volando.
    Qué hermosa, yo.
    Sí, me quiero.
    Me siento sexy,
    me siento bien,
    me siento.
    Quiero más;
    más cielo,
    más paz,
    más amor propio.
    Mucho más.

  • Quiérete, pero ya

    Quiérete ahora,
    sí tú,
    quieréte,
    porque es muy probable que mañana ya sea tarde.
    Y el quizás está tan lejano que te puede(s) romper en mil pedazos.

  • Que vibre el amor

    Son unas Navidades distintas;
    más frías,
    más solas.
    Aquellas que dices «me falta algo», y ese algo son ellos;
    las personas.
    Lo que forman el mundo, las que dan sentido a las vidas. Las que hacen que todo gire, que brille, que vibre.

  • Personas

    Hay personas que de poco sacan algo convirtiéndolo en mucho.
    Quiero a esas personas en mi vida.

  • Llueve

    Y la lluvia cae,
    cae,
    cae.
    Como bombardea mi corazón,
    -como bombardea-.
    Y
    bum,
    bum,
    bum.

  • Inundación

    Hambriento,
    mi corazón.
    Y día a día se
    me cierra la razón
    y se inunda todo mi ser
    de sentimiento puro.

  • Ni textos, ni corazón

    No tengo ya textos,
    no tengo frases
    ni palabras.
    No surgen,
    la inspiración se fue.
    Vete a saber donde.
    Sólo quiero fluir con las letras,
    que vengan y se queden.
    Que no se despidan de mí porque sí.

  • Frases entre pestañas del alma

    Entre leyendo las frases de mi corazón.

  • Mujer empoderada

    «Ser una mujer de éxito» no debería ser una meta a alcanzar o lograr. Porque cada una es como es, cada una hace lo que puede, debe y quiere. Somos distintas, porque somos personas, somos humanas.
    El éxito es muy relativo: para una el éxito puede ser conseguir un trabajo y para otra conseguir al fin quererse y tener una autoestima estable. Por lo tanto, para cada mujer el éxito no es el mismo concepto y varia. Aún así, hay mucho tabú, muchos límites y trabas que nos ponemos por simplemente pensar que debemos alcanzar algo. Y sí que es cierto que si nos ponemos unos objetivos seremos más productivas y nos sentiremos mejor al lograrlos.
    Lo que quiero decir es que una mujer de éxito no existe. Es como algo que hemos creado a lo largo del tiempo creyendo que tenemos que ser algo y llegar a alcanzar ese perfil de mujer.
    Por lo tanto, todas somos válidas, todas nos merecemos ser queridas -por otros y otras y por nosotras mismas-.
    Así que tenemos que apoyarnos, querernos y empoderarnos entre todas nosotras porque sino, ¿Quién lo va a hacer? ¿Quién mejor que nosotras mismas? Tenemos que ser un ejemplo a seguir para siguientes generaciones. Enseñar, desaprender y volver a aprender. Y, sobretodo, cambiar la sociedad, su forma de pensar, de actuar y de vivir.

  • Ya morí ayer

    Hace días que no hablamos,
    ni tú ni yo,
    ni con el espejo.
    Me muero,
    de hecho,
    me estoy muriendo.
    Ya morí ayer.
    Es tarde para reempezar,
    para volver,
    para querer(se).

  • Ramo de flores desnudo

    Es cierto que te vendrán muchos palos,
    pues cógelos y haz un ramo sin flores ni hojas.
    Porque a veces la belleza no es lo que uno ve sino lo que su alma refleja.

  • Ahí, en mi pecho

    No creo que estemos destinados a forjar un futuro juntos, más allá de cinco años. Siento que el destino nos separará, que dejaremos de ser, de estar.
    He escuchado canciones y he visto películas donde las parejas que se sienten unidas, que traspasan el amor, que lo tienen ahí dentro, en el corazón, se les acaba rompiendo el hilo rojo. Por situaciones externas provocando crisis internas y creando una rotura, tan grande que asfixia y mata.
    Duele.
    A mí ya me fastidia;
    pensarlo,
    imaginarlo,
    sentirlo
    -roto-.
    Aún no ha pasado y no sé si pasará, pero presiento y no quiero.
    Te amo, y lo tengo ahí en mi pecho.
    Las estrellas brillan más que nunca,
    las flores florecen
    y mis ojos se enternecen
    de solo ser contigo.
    Todo esto -el sentimiento- está guardado en mí.

  • Derrotados

    Y dime, amor propio, ¿Qué es de nosotros? De nuestros huesos, rostro y manos húmedos. Llenos de sangre, de sudor y dolor. De perdedores que quieren levantarse pero les gusta tanto el suelo que acaban arrastrándose. Esa soy yo.
    -Esa, soy yo-.
    Y dime loca,
    pero ya no quiero seguir.
    Aquí mi derrota ha llegado y siento que la de todos, los otros, también.

  • Sombras

    Las sombras,
    las sombras me persiguen.
    Me hablan,
    me cantan
    diciéndome que estoy pero que no soy.
    Hay momentos,
    hay instantes,
    parecidos y predecibles.
    De otros ni te hablo,
    porque no hay forma de describirlos.

  • Jodido brillo

    Las mañanas abruman,
    angustian.
    El sol, como cada día, aparece.
    Más allá del cielo, diciendo, haciendo creer que siempre hay un motivo para brillar, para darle luz a la vida.
    Yo ya estoy cansada de lo mismo;
    de las mismas personas,
    de las mismas caras,
    de los mismos recuerdos.
    De pasados y presentes que son rebeldes sin causa.
    Porque ya no hay indicios de seguir,
    si todo es parecido, similar.
    Ya no se sale de la regla, no es anormal.
    Quiero locura,
    bailar
    y sanar
    -hacia dentro-.

  • Yo conmigo misma

    Quiero un día de esos donde todo se olvida y las preocupaciones se ocultan por un tiempo indefinido. Y que las risas estallen y el corazón bombardee felicidad. Tirar por la borda los problemas y agarrar los segundos de frente; para vivir sin frenos. Escuchar música o ver una película, cualquiera, mientras me zampo una pizza de barbacoa. Sin remordimientos, sin pensamientos negativos. Y lo quiero hacer sola. Sí. Para sentirme bien; yo conmigo misma. También quiero llorar la tristeza y dejar ir la pena. ¿Para qué quiero ningún compañero? Ya me tengo a mí.
    Quiero salir a la calle un día de lluvia e iluminarlo por ser yo, por estar, por transmitir mi sensibilidad. Mis emociones; mi paz.
    Volar y brillar.
    Y ser,
    joder,
    ser siempre.

  • Quizás

    Quizás cuando estamos tristes o sin amor -ni propio ni ajeno- escribimos mejor, más sinceros.
    Más nosotros.
    Más vivos.
    Nos liberamos luego de soltarlo,
    de plasmarlo.
    Porque dejamos a un lado, en la hoja, los sentimientos sentidos para, después, sentir otra vez.

  • Chica

    De la chica con la mirada perdida, aquella que está mejor fluyendo sola. Que se arrepiente de todo. A la que le mata el amor porque odia sufrir. Para ella, la vida eran momentos decepcionantes. Instantes rotos y panorámicas en blanco y negro. No existía el color, ni el doble sentido en aquellos cielos pasados.
    Era la tristeza,
    que se apoderó de su cuerpo arrancándole el corazón, dejándole, allá en el pecho, un hueco. Rompiéndole cada órgano
    -asfixiándola-.

  • Amor doloroso

    Pero esta vez sufriremos juntos el amor y yo. Y es que hay momentos que duele tanto, que acaba matando.
    Te agarraré, te acunaré. Te tendré bien cuidado para que cuando sufras, no me rompas más. Resistir, simplemente.
    Y respirar.
    Latir más rápido, más intensamente.

  • A corazón abierto

    Y de repente, tú; allí. En la puerta de salida para poner en marcha la huida y correr a todo pulmón, a corazón abierto.

  • Canciones

    Joder, me definen las canciones que escucho.
    Perfilan una silueta -yo- haciéndome entender que así soy. Se va dibujando con ceniza la línea de mi rostro. Y a medida que la música avanza, que la letra baila, se va desdibujando mi corazón. Deja de ser, y desaparece desvaneciéndose en un soplido.

  • Miedo a querer

    Tengo miedo a quererte demasiado,
    y volcar el vaso.
    Y que ese amor tan grande lo rebase.
    -Tengo miedo-.

  • Echándote de menos

    Te echo más de menos por la noche yo… y lo siento.
    Lo siento.
    -Suspiré-,
    y luego seguí mi guerra.

  • Corazón

    Mi corazón agridulce,
    que rompe olas
    y a la vez late calmado.
    Que quiere correr y a la vez volar.
    Saltar y arrancar las malas hierbas.
    Que las rosas florezcan,
    hasta el fin de los días.

  • Entre libros

    He leído algo. Y me he sentido bien luego de leerlo, porque últimamente me siento cansada y sin ganas. Me cuesta agarrar un libro y leerlo. Quizás estoy en shock, en un momento tan mío que me pierdo. Y tanto, que acabo en un funeral; el mío.
    Y es raro, y no tiene sentido. Y justo ahora no sé lo que quiero.
    Me apetece escribir y cuando voy a encender el ordenador me arrepiento. Ni lo hago. Simplemente, aparto de mi corazón las ganas y me siento en el sofá.
    ¿Será el verano?
    ¿Será que ya llega Septiembre?
    Para mí es triste volver a la rutina, morirse en vida. Yo avanzo de otra forma, a otro ritmo. El cantar de mis latidos me piden que baile -entre palabras y libros-.
    Así es como soy y como seré.

  • Ser juntos

    Me apetece pizza, y tu risa estallando fuerte. Una sonrisa sincera y tus colores pintando mi cuerpo pálido. Que me abraces, que me sonrías y que me beses. Hasta explotar, hasta no poder más. Y ser -juntos- en vez de estar.