Siempre escribiendo de la muerte y ahora que la oigo, allá, desde una lejanía, desde la rareza, me acojona.
¿Por qué?
¿Para qué vivimos si no es para amarnos? ¿De qué serviría toda la guerra -interna- sin un poco de tregua?
Solo siento algo, ahí, en mi pecho.
Es el miedo.
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