Necesito oxígeno, no sé, ir al bosque o al mar a respirar(me). Quiero soledad, quiero paz y amor -por y para mí-. Porque… Actualmente estoy en un océano lleno de dolor, y tristeza. Me hundo en la miseria de lo que algunos llaman ‘vida’ -muerte-. ¿Me sigues? Vodka, y un poco de locura. Eso también lo necesito, y ya. No puedo. Estoy en la jodida rutina, y cuando acabe ¿Qué? Pues suicidémonos colectivamente para así sanar cada uno en su respectivo corazón; hecho pedazos, trizas. Destrezas y cerebros sin razones, o con mucha lógica.
¿Sabes qué pasa? Tan y tan poco, algo, aquello insignificante. Que, nada. -Nada-. Y quiero gritar en la calle y que me miren todos para luego unirse a un chillido muy necesrio. Sacar las tripas fuera y, por fin, sanar de toda la mierda. De todo lo que ya no cabe en esta cabecita ilógica.
Me he cansado de ti, de mí. De esto y de lo otro. De lo de allá, de lo de aquí. De lo que fue, es y hasta de lo que será. Del mañana.
Creo que ya me perdí.
(Creo) que quiero caos. Uno que sea irrompible y que vaya agrandando hasta que yo -misma- explote.
Porque quiero lo exótico,
lo loco,
lo podrido,
lo negro
y lo sucio.
-Quiero caos-.
Joder, sí, dame un orgasmo de caos.
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A puñetazos
Quiero triunfar,
no en el dinero,
no en el amor,
sino en la vida.
Y ser,
y volar,
y romper
-a puñetazos-
el suelo que se desgarra por momentos.
(Mi corazón).
Envidia -sana-
Miénteme a la cara,
nena,
y déjame caer.
Mírame,
me levantaré
y correré
y volaré.
Arrasaré,
y aunque sea por el suelo…
Arrasaré.
Triunfaré
mientras tu carita de niña buena
se convierte en pura rabia.
-Envidia-.
Y créeme,
te dolerá.
La gente
La gente es muy pesá’
y a su pesar
mi pesadilla
-de vida-.
Que ya no quiero,
que ya no vuelo
y burlo el intento
-de las personas-.
Que el ser humano es tan…
inhumano.
Pieles
Que voy por capas,
que soy más viento frío
que carne.
Y que los huesos se calan
en mi interior;
los deshechos y rotos.
-Se introducen,
y me rompen-.
Leemos el amor
“Con la escritura no vas a ningún lado”, ¿Ah no? Pues yo pensaba que sí, que llegaba a los mundos exteriores y a los interiores, los míos. Y a todos. Que quien no lee es un inculto e un ignorante, pero yo pienso: todos leemos.
Las noticias por la mañana,
un artículo interesante,
una frase,
un cartel por la calle,
un cuadro
y hasta almas,
sí,
aquellos que sienten demasiado
-los enamorados-.
¿Y a que es curioso?
Y hermoso.
Me gustaría
Me gustaría regalaros algo, en letras. Que al llegar a aquel objetivo daros, y mucho. Pero la vida no funciona así, salvo la mía. Mi mundo -creativo- va y viene. Llora y ríe. Y la lluvia abunda más que la alegría. Por eso es mejor dejarse fluir, no ir a los tiempos que marca la vida y vivir sin reglas. Dejarse sentir, en estos casos, es la mejor opción.
Oye, nene
Oye, nene, tócame
y bien.
Hazme vibrar
-a corazón abierto-.
Y ya que estás de paso
haz que vibre entera.
Que necesito dos,
tres
o un millón,
de esos
-besos-.
Escribiendo en bucle
Siento que es un bucle, repetir el círculo que parece que no tiene fin.
Capítulo dos, y otra vez. Borré y escribí, de hecho, reescribí. Y, las palabras, resquebrajándome, me rompieron el corazón. Una y otra, y otra, y otra vez.
Siempre hablo del suicidio, ya estoy cansada. Hartada de comer tantos malos augurios, de ser y sentir tanto,
tanto.
Quiero, no sé, vivir sana ¿Quizás? Pero es que -es que- sino no habría textos, ni palabras formándose. Copulando en una canción llena de intención, y grietas.
Que vuelan,
arrasando el suelo.
-Arrastrándose-.
Momentos de querer salir a la superfície y sentirlo.
(Lo siento por no vivir y sentir tanto).
Que me tocan, los sucesos, y me hacen crujir, rugir.
Mi ser
Mi ser que se fue y yo que me quedé, ahí, bailoteando con el corazón, haciéndole resbalar hasta que cayó al suelo y, bueno, se rompió. Dolió. De hecho, sigue doliendo. Porque estalló sangrando en silencio.