Categoría: Escritos

  • Recuerdos

    Y recuerdo aquellos días,
    tan dolorosos,
    tan tristes,
    tan solos.
    Los recuerdo tan bien.

  • Latidos

    Los segundos se desmoronan,
    los latidos -acariciados anteriormente pero ahora ya no- duelen cuando laten, cuando bombardean. Son bombas explosivas que alteran el sentimiento, que desvían el sentido cognitivo, rompiéndolo.

  • Yo (in)definida

    Pasando malas rachas,
    viviendo del qué dirán,
    siendo poco
    y estando mucho.
    Que esta tarde me paseé contigo junto a la facultad de ciencias y metida en aquella biblioteca tan incomprensible me definí.
    Y tanto, que salí medio cuerda.
    De la locura ni me acuerdo, o quizás, es que no quiero recordar.
    Tantas palabras, títulos, de libros. Indefinidos, infinitos.
    Sé algo, y lo que sé -lo que siento justo ahora- no me gusta.
    Porque escribiendo me encuentro,
    porque escribiendo me deleito
    -a mí misma-.
    También te encontré a ti fuera de mí, es decir, nos encontré separados, distanciados.
    Duele;
    de tanto pensar,
    de tantos «no quiero»
    que luego pasan,
    y se quedan
    para siempre,
    ahí,
    en el pecho creando un hueco.

  • Estoy sintiéndome

    Estoy en una crisis emocional hacia el amor por la escritura.
    Estoy rompiéndome,
    estoy bloqueándome.
    -Estoy sintiéndome-.

  • Y ahora

    Y ahora que miro por la ventana,
    me ilumina el cielo
    y el sol brilla más que nunca
    -en mi interior-.

  • Mi corazón

    Llorando en una tierra seca que se va humedeciendo paulatinamente. Cada vez que miro el cielo me derrumbo como las gotas que caen de él. Rompiendóme las uñas al chocar contra el suelo;
    sangre,
    y frío
    -mi corazón-.
    Entiéndelo,
    ya no puedo.
    Me derretí,
    dejé de fluir
    y me fui.

  • Llueve

    Y la lluvia cae,
    cae,
    cae.
    Como bombardea mi corazón,
    -como bombardea-.
    Y
    bum,
    bum,
    bum.

  • Tristeza

    No es depresión
    es tristeza profunda;
    cuerpo malherido,
    corazón agrietado
    y alma vacía.

  • Inundación

    Hambriento,
    mi corazón.
    Y día a día se
    me cierra la razón
    y se inunda todo mi ser
    de sentimiento puro.

  • Malvivir

    Un malvivir constante.
    (De pensamientos negativos,
    de días negros,
    de vida oscura).

  • Sangrando

    No hay manera y no avanzo.
    Necesito escribir,
    vivir
    y sufrir.
    Sanar en un acto de valentía,
    en el de sangrar a corazón abierto.

  • Deshecha

    Me estoy deshaciendo,
    el corazón me arde ahí,
    entre las costillas.
    Y el fuego que late dentro de mí,
    me quema,
    me calienta,
    me rebienta.
    Estoy deshecha.

  • Caos

    Lo siento por ser tan caos.

  • Suspiro

    A veces la vida se pausa un instante;
    por un tema personal,
    por una enfermedad
    o, simplemente,
    por un suspiro.

  • Martes

    Marte(s),
    con ese de soñar
    o saltar.
    Y caer y sufrir.
    Porque después de una ilusión viene la decepción.

  • Corazón alocado

    El pelo alborotado sin lavar desde hace días, igual que el corazón; alocado.
    Y qué bonita es la vida cuando miras por la ventana y observas la brevedad del amanecer. No hay nada más hermoso que sentir palpitar el tiempo, casi pausado y que no pase. Que se detenga, ahí, en un invierno fugaz.
    Porque las hojas ya no están y los árboles se mueren de frío.

  • Ni textos, ni corazón

    No tengo ya textos,
    no tengo frases
    ni palabras.
    No surgen,
    la inspiración se fue.
    Vete a saber donde.
    Sólo quiero fluir con las letras,
    que vengan y se queden.
    Que no se despidan de mí porque sí.

  • Frases entre pestañas del alma

    Entre leyendo las frases de mi corazón.

  • Miedos

    ¿Cómo alimentáis vuestros miedos, vuestra ira?
    Los lobos que salen del alma,
    de aquello oscuro,
    negro
    y roto.

  • Mujer empoderada

    «Ser una mujer de éxito» no debería ser una meta a alcanzar o lograr. Porque cada una es como es, cada una hace lo que puede, debe y quiere. Somos distintas, porque somos personas, somos humanas.
    El éxito es muy relativo: para una el éxito puede ser conseguir un trabajo y para otra conseguir al fin quererse y tener una autoestima estable. Por lo tanto, para cada mujer el éxito no es el mismo concepto y varia. Aún así, hay mucho tabú, muchos límites y trabas que nos ponemos por simplemente pensar que debemos alcanzar algo. Y sí que es cierto que si nos ponemos unos objetivos seremos más productivas y nos sentiremos mejor al lograrlos.
    Lo que quiero decir es que una mujer de éxito no existe. Es como algo que hemos creado a lo largo del tiempo creyendo que tenemos que ser algo y llegar a alcanzar ese perfil de mujer.
    Por lo tanto, todas somos válidas, todas nos merecemos ser queridas -por otros y otras y por nosotras mismas-.
    Así que tenemos que apoyarnos, querernos y empoderarnos entre todas nosotras porque sino, ¿Quién lo va a hacer? ¿Quién mejor que nosotras mismas? Tenemos que ser un ejemplo a seguir para siguientes generaciones. Enseñar, desaprender y volver a aprender. Y, sobretodo, cambiar la sociedad, su forma de pensar, de actuar y de vivir.

  • Ya morí ayer

    Hace días que no hablamos,
    ni tú ni yo,
    ni con el espejo.
    Me muero,
    de hecho,
    me estoy muriendo.
    Ya morí ayer.
    Es tarde para reempezar,
    para volver,
    para querer(se).

  • Ramo de flores desnudo

    Es cierto que te vendrán muchos palos,
    pues cógelos y haz un ramo sin flores ni hojas.
    Porque a veces la belleza no es lo que uno ve sino lo que su alma refleja.

  • Días malos

    Hoy ha sido un día de locos,
    de cocos,
    de bobos.
    Hoy ha sido;
    mal bienvenido
    y lo que queda.

  • Bésate

    Vérsate a ti mismo;
    que sé que suena de locos
    pero amarse y armarse van unidos,
    de letras,
    de poesía.
    Y cántate,
    y ríete
    y llórate.
    Baílate un vals;
    sonará absurdo,
    tonto
    o incluso un sinsentido.
    Es más bonito de lo que crees;
    reconforta
    y, sana.

  • Abrázame y quiéreme mucho

    Antes de que te vayas, abrázame.
    Luego quiéreme mucho.
    Y no te olvides de susurrarte día a día mi recuerdo.
    Que siento que nos dolerá nuestra despedida.

  • Morir

    No quiero morir,
    no quiero morir,
    no quieror morir.
    Hasta que se estrelló contra el suelo.
    Sangre,
    sesos petados
    y alma muerta.

  • Pereza

    «Qué pereza», me repito una y otra vez. Y sé, siento, que si lo sigo autodiciendo será peor aún. Porque me estancaré, no avanzaré y lloraré. Internamente soy un semáforo; intermitente. Estoy en ambar. Jamás daré el toque de luz verde.

  • Instante dudoso

    Fue un instante de duda, de poesía. De querer tirarme al lago y ahogarme. Después de unos minutos salí a la superfície. Y levité y lloré al aterrizar. Y quise morir, claro. Pero no pude, no tuve el valor. Lo suficiente nunca es suficiente, ni válido. Necesito, ¿El qué? Siempre me pregunto y nunca llego. Demasiado tarde; el reloj cada día avanza más rápido y se estanca en aquel momento amargo.

  • Ahí, en mi pecho

    No creo que estemos destinados a forjar un futuro juntos, más allá de cinco años. Siento que el destino nos separará, que dejaremos de ser, de estar.
    He escuchado canciones y he visto películas donde las parejas que se sienten unidas, que traspasan el amor, que lo tienen ahí dentro, en el corazón, se les acaba rompiendo el hilo rojo. Por situaciones externas provocando crisis internas y creando una rotura, tan grande que asfixia y mata.
    Duele.
    A mí ya me fastidia;
    pensarlo,
    imaginarlo,
    sentirlo
    -roto-.
    Aún no ha pasado y no sé si pasará, pero presiento y no quiero.
    Te amo, y lo tengo ahí en mi pecho.
    Las estrellas brillan más que nunca,
    las flores florecen
    y mis ojos se enternecen
    de solo ser contigo.
    Todo esto -el sentimiento- está guardado en mí.

  • Vida mía

    Pues no sé qué decirte vida mía. Estamos en un punto muerto, del humo saliendo por la boca del dragón. De una cueva sin hueco, de un fuego que no quema.
    Sentir y vivir no siempre es viable;
    a veces uno, a veces otro.

  • Muerte

    Siempre hablo de la muerte interna, ¿Pero y de la real? Nunca he llegado a hablar porque no se me ha presentado la oportunidad.
    Estoy sintiendo cosas, entre ellas, estoy en un estado de shock impresionante. Reflexiono, y llego a pensamientos que caen por el precipicio del alma. Duelen, tanto, que asfixian.

  • Derrotados

    Y dime, amor propio, ¿Qué es de nosotros? De nuestros huesos, rostro y manos húmedos. Llenos de sangre, de sudor y dolor. De perdedores que quieren levantarse pero les gusta tanto el suelo que acaban arrastrándose. Esa soy yo.
    -Esa, soy yo-.
    Y dime loca,
    pero ya no quiero seguir.
    Aquí mi derrota ha llegado y siento que la de todos, los otros, también.