Brillando

Llegar del trabajo, comer y salir de casa a las tres de la tarde para ir a tu encuentro. Y cuando llego me siento ajena a ti. Porque me doy cuenta de que, quizás, me quieres menos o soy un simple deseo -del momento-. E instantáneamente me reflejo en el espejo viéndome más yo;
más mujer,
más humana
y menos rota.
Porque, querido, cuando una ya no se ve diminuta,
ni triste,
ni decaída,
brilla y deslumbra en la vida.


Descubre más de perezitablog

Únete al caos.


Publicado

en

por

Comentarios

Deja un comentario