Etiqueta: angustia

  • Ansiedad

    Sé lo que se viene, la detecté tres años atrás y, bueno, ahora la llevo dentro y duele. Como cuando te arrancan el aire y te quedas sin respiración no un segundo, sino un minuto. Como cuando te presionan el pecho con preocupaciones sin sentido que van pasando por tu cabeza constantemente. Y donde está tu corazón se empieza a vaciar toda la sangre. Ahí, a pedazos, comienza el hueco. -El vacío-. Ansiedad, bienvenida. Te abro las puertas a mi vida. Te quiero, a ver si así te vas. Y se va, pero poco a poco va aprisionándote los pulmones. Las rosas que salían de ellos ahora son piedras grandes y pesadas. Que pesan, y pesan.
    Pensar y sentir. La tristeza llega apoderándose de todo tu ser y, luego, el llanto que es como que quiere salir y no puede. Se queda estancado en la garganta. Y es cuando comienza el caos emocional. Uno que no tiene marcha atrás. Que aunque lo eches, regresa. Porque sí, por amor al arte todo esto te supera. Intentas respirar, -intentas-. No puedes. No, no puedes. Querer quieres. Y tiemblas de temor. Y sigue, sigue, sigue asfixiándote. Sea el tiempo que sea lo estás sintiendo con todo tu ser: alma, mente y cuerpo.
    No te mueres porque ya lo estás, y del milagro -susto- sale tu mirada angustiada que se pasea por las calles con la alerta activada. Que ya no vive calmada. Que la sensibilidad arranca y no para, no para.
    Todo pasa, sí, y vuelve (a pasar) arrasando.

  • Jodido brillo

    Las mañanas abruman,
    angustian.
    El sol, como cada día, aparece.
    Más allá del cielo, diciendo, haciendo creer que siempre hay un motivo para brillar, para darle luz a la vida.
    Yo ya estoy cansada de lo mismo;
    de las mismas personas,
    de las mismas caras,
    de los mismos recuerdos.
    De pasados y presentes que son rebeldes sin causa.
    Porque ya no hay indicios de seguir,
    si todo es parecido, similar.
    Ya no se sale de la regla, no es anormal.
    Quiero locura,
    bailar
    y sanar
    -hacia dentro-.