Estuve muchos años dormida siendo un zombie a quien la vida le lleva. Y así día tras día. Muerta aunque viva.
Ahora simplemente quiero paz y un poco de amor. Y ser feliz, a instantes y a carcajadas. A risas. Me quiero y estoy bien tal y como soy.
Etiqueta: amor
No era yo
Verano
Tu gemido luego de besarte en la nuca mientras estás durmiendo.
Qué delicia,
qué locura,
qué placer.
¿Qué planes tienes amor?, Pienso, mientras respiramos al aire cálido de esta habitación de una noche veraniega.
Ojalá que sea una vida entera junto a mí.Ojalá siempre así
Te haría el amor aquí mismo. En esta cama, en este cielo -tan nuestro-. Tu respiración calmada, mi esencia agitada con tu presencia. Y qué bonito es quererte. Hacerlo cada día más; el amor, digo. Y ojalá siempre así. Tan nosotros, tan tuya, tan mío. Unidos y a la vez libres. Porque no hay nada mejor que quererse, y no mucho sino bien.
Querernos -desnudos-
Y de golpe y portazo, aparezco aquí; en esa cama a tu lado -tú desnudo- y yo con ganas de escribir. Con ansias de quererte, de quererme, de querernos. Hacía tiempo que no lo hacia así de intenso; el amor. Y qué perfecto, dentro de la imperfección. Tan rotos, en pasado, y a la vez tan nosotros, en presente.
Quererte
A veces pienso que la vida es un poco jodida, pero que si la paso a tu lado es mucho mejor. Que los tiempos pasan, y las épocas también. Que todo cambia, evoluciona. Y que tu voz ronca al despertar es hermosa. Que me mata tu mirada de amor -al mirarme-. Y que me muero por ti si no estás. Que se me pasan lentos los segundos cuando te vas. Decirte que al despedirte de mí siempre me doy la vuelta y te veo marchar por si al día siguiente no nos vemos. O por si me despachas para siempre, tener el recuerdo de tu espalda -clavada en mi mente-. Me gusta acariciarla, como llenarte el rostro de besos. Y que me cuides, y que me abraces como si no hubiese un mañana. Porque sí. Y sin más.
Si me dices de irme contigo al nunca jamás, sin pensarlo y del revés, voy. Con el corazón revuelto y a mil por hora. Porque contigo es arrancar y no parar. E ir, siempre, hacia delante.Amaneciendo
El amanecer y las luces de los semáforos parpadeando. Se hace de día, se hace la luz y qué bonito. La ciudad casi vacía, cuatro almas andando por la faz de la tierra. Y qué gozo el silencio, vaya melodía. Me gusta y me enamora esa canción, esa panorámica y ese cielo. El sol ha salido pero está escondido entre los edificios; y qué sensación, distinta, especial y extraterrestre de mí. A la vez muy dentro mío.
Quisiera yo…
Me hubiese apetecido charlar contigo a la luz del sol, mientras brillan nuestras pieles y, el agua dulce de la piscina bailaba, como nuestros corazones en momentos pasados. Ha sido duro, difícil y doloroso.
-Soledad, bienvenida-.
Porque no hay nada más bonito que conversar, de cualquier cosa, del mar y de cómo nos gustaría, en un futuro, volar. Pero, ¿Para qué? Si aunque estemos juntos ya no somos.
Nada más hermoso que ver en tus ojos relámpagos; fuego, calor y hogar.
Y tormenta me siento yo; que arrasa y arrastra todo a su paso de una bocanada de aire gigante, como un terremoto.
Quiero paz y sentirme, mucho. Hay veces, instantes, en los que dejo de ser humana, en los que no puedo ser yo porque me inunda una sensación de impotencia terrible.
No ayuda y mata, lentamente y a escopeta abierta.El acto de follar
Follar en el coche; qué gloria.
Con los calcetines puestos y el vestido tirado por el suelo.
En una callejuela escondida entre la ciudad, dentro de una caja, burbuja de ensueño, los dos -enamorados y llenos de pasión- entre las hierbas malas. Y luego, paz. Conducir hacia la metrópoli de la ciudad y bebernos, a sorbos, una cocacola. Qué hermoso, tú. Y la vida.Mon amour
Si te escribiera yo los versos más bonitos de esta noche; los del amor, los del roce. Como ella anochece, y luego se enfría. Tan sola y tan bonita. Tan dulce y tan chiquitita que, desde lejos, brilla.
Ocaso
La luz que entra por la ventana durante el atardecer refleja que estoy sin ganas, sin ansias, sin ánimas. La ciudad me habla en plena calle o en medio de mi habitación. Me dice que busque, que cante, que baile y que viva. Yo estoy bien, y siento. Necesito otros aires, otros rumbos, otros caminos. Quiero. Estar contigo y sentirte muy de cerca y, que estando, seamos. Sin ataduras, sin porqués y con un después, otra vez. Cada día de nuestras vidas hasta el final. Y que este sea la muerte. Porque quiero compartir una vida entera contigo; me gustas, te quiero, te amo. Aquí y ahora. Allá y luego. Y ya sea en las Maldivas o en Barcelona. Feliz contigo, a todas horas.
Me he enamorado
Me he enamorado de ti, de tus flores que nacen de tu alma, de tu rostro, de tu mirada. De tus ojos negros que desprenden luz. De tu sinceridad y de tu buena vibra. Me he enamorado, y es tan hermoso. Un nosotros en el mar observando el atardecer. Y como caen las lágrimas del cielo, y como cae la luz en el ocaso. Y como te quiero yo, y como me gustas tú; y estar tumbados en la parte trasera del coche. Y qué locura; la desnudez. La tuya. De tu corazón. Las sábanas blancas y un poco de pasión. Un revolcón y dos y tres. Y a pesar de todo estar y ser. Seguir, sentir, vivir.
Deseo
Futuro.
Y me dijo si podíamos quedar, yo estaba hecha un percal. Un ovillo era mi corazón y un desastre bien grande mi pelo. Y mi rostro y mi pensamiento. El sentimiento estaba bien puesto, en su sitio. El momento, año y medio, de sentir y quererlo. De estar con él y ser juntos, era y es magia. Y qué gracia, qué risa, qué arte.Rosa
¿Cómo se escribe sobre la soledad? Sobre el sentimiento de ver el mar ensombrecerse y oscurecerse, arrancar y echarse hacia atrás, por miedo al rechazo. A ser distinto y, a la vez, bonito. Porque está tan solo y tan poco acompañado que me derrito ante él. Y aquel pensamiento de «me siento bien» cuando estás allá presenciándolo.
Y llega la noche, la luna llena sale a hacer su ceremonia y, luego, brilla. Reluce tanto cuando ella llora, digo, la chica. Y tan pequeña que se divide en pedazos y acaba convirtiéndose en cristales rotos.Amargo sabor
Pasa tan rápido todo,
que me estrello
y caigo por el precipicio de mi alma.
-Vacío-.
Y medio rota ando
hacia un atardecer nunca visto;
el que quiebra y luego arranca corazones.
Es triste,
como cuando el cielo llora.
Es desgarrador,
como cuando las olas coléricas chocan contra las rocas.
Espuma y amor,
viento y sabor;
a vino tinto,
a dolor.
Amargor.
Y sueño
y vuelo
y siento.
Soy humana,
soy.
Y qué bonita la vida,
y la melodía.
Abrázame,
que me estoy muriendo.
Sólo cuando escucho,
cuando vivo más que digo.El acto de amar
Un día te florecerán las rosas de tu alma, y después de sobrevivir sin nada, crecerás y apreciarás el amar; el solo y el acompañado.
Llueve a mar
Hoy llueve y yo quiero salir a empaparme, de sonrisas, de paz y de alma. Evadir todos los problemas, esquivar los porqués y vivir después, de saltar al vacío. Un precipicio precioso para matarse: tu mirada.
Y hay miedo, claro que lo hay. Por si te vas y lo siguiente es dolor. Sufrir en un instante eterno. Morirse, hasta no poder.
-Sentir-.Quiero todo contigo
Quiero que me hagas trenzas,
y me beses en la nariz.
Quiero sonreír como una boba
y bailar en medio de la carretera.
Quiero un amor de primavera
y ser verano en invierno.
Y que me prepares una taza de leche caliente,
que me cuides
y observar las estrellas brillar.
Quiero ver películas a tu lado con los pies tapados,
quiero que me hagas cosquillas,
quiero enfurruñarme y que me despeines por besarme sin parar.
Que me abraces
el alma
y me acurruques en tu mirada.
Dormir a tu lado cada día;
quiero un enamoramiento para toda la vida.Sanarse chillando
Cierro los ojos,
-sentirme-.
Escucho música y no dejo de latir paz. Soy brillo, y me emociono. El cielo está enfadado; quiere arrancar a chillar. Créeme, es sano.
Un reflejo de mi alma,
de mi ser.
-«Déjate ser», me digo-.
Una pausa,
un respiro
y qué bonito.Amiga
Mira, niña, yo no soy nadie para equilibrarte emocionalmente, ni sostenerte mentalmente pero soy tu amiga y estoy aquí por y para ti. Es cierto que no me dejaré la piel -no me voy a quemar hasta morir-, no voy a esforzarme por hacer o decir. Que con cuatro frases no te haré sentir mejor. Eso sí, me dejaré fluir, contigo; por lo que siento, por lo que pienso. Y estaré a tu lado día sí y día también aunque no esté en cuerpo en corazón lo estoy, porque te siento aquí.
No será difícil no, será más que eso y aún así lo lograrás, lo conseguiremos. Salir del pozo, alcanzar el gozo. Rozar el vuelo. Estrellarse también, y matarse de una ilusión. Qué poco listas fuimos por aquella época. Perdimos pero aprendimos. Pasamos rachas de esas malas, que ni se nombran ya pero se recuerdan. También nos reímos a carcajada limpia. Fue tan lindo. Momento a momento y paso a paso vamos avanzando, progesando y siendo más que estando.
Unidas somos mejores y más fuertes.¿Qué será?
Fue una noche lluviosa,
llorosa.
A finales de la primavera,
aún me estrello con la nueva era.
Y a pasitos,
a paseos
y a peldaños gruesos,
retrocedo.
Voy hacia atrás.
Tengo miedo;
de no ser suficiente,
de que te aburras de mí,
de no estar tan chiflada como otras.
De que dejes de ser conmigo.
Y si yo me dejo a mi misma,
¿Qué será entonces de ti,
de nosotros?
¿Qué será del amor?
¿Seguirá sosteniéndose a base de golpes,
de fracasos y
de vidas deshilachadas
en la cuerda floja?Sensación rara
Hoy he sentido;
Que no me prestas atención,
que no me respetas.
Y así me pierdo,
me hundo,
me muero.
Soy una muñeca de cristal que se rompe en un millón de pedazos con sólo un toque ligero.
Y, lo siento, pero hay ciertas cosas que no voy a tolerar.
Necesito tiempo,
necesito espacio
-mental-.
Me necesito,
más a mí que a ti.Adjetivos
Que si estás muy delgada,
que si tienes unos quilogramos de más,
que si me siento así,
que si tengo la sonrisa tuerta,
que si mis piernas son demasiado gruesas,
que si mi culo no está respingón,
que si no tengo caderas,
que si tengo demasiadas,
que si no soy musculoso,
que si soy bola…
Todos estos adjetivos, debería servir para aprender la hermosura e imperfecciónde cada uno.Imperfectos
Tengo poco pecho, mucha cadera y rollitos de primavera en mi barriga. Mi trasero no está firme y tengo algún que otro grano en el rostro.
Que vale, que no soy perfecta. ¿Quién dice que hay que serlo? La sociedad; tan hipócrita, tan poca cosa y, lo peor, formada por nostros.
Que manía tenemos, tienen, tenéis en tener que ser sí o sí la perfección. ¿Pero que no os dais cuenta de que no existe?
De cara viene la crítica negativa, que apesta, que duele: «Te has engordado», «No tienes la barriga plana», «Mírate, si se te cae el culo»…y un sinfín. ¡Pero qué absurdez! Eso de no querernos todos e ir a una. ¿Por qué nos machacamos tanto los unos a los otros? ¿Por que no en vez de repartir dolor repartimos amor?
Lo hermoso es que somos distintos y, a la vez, tan iguales.
Nos llamamos humanos y, qué pena, no lo somos.
Yo estoy cansada, ¿Vosotros no?
Cambiemos el mundo, la sociedad. Cambiemos nuestra forma de vernos, de observar a los demás. Admiremos la belleza, disfrutemosla.Actos (de fe)
Gracias por decirme que me quieres, pero demuéstralo.
Es muy fácil decirlo y es sencillo hacerlo.
Hay veces, días, en los que me siento triste y tú sólo me tocas seduciéndome hacia ti.
Y no me arropas con tu corazón;
me duele.
Mi cuerpo tirita de frío y ya casi es verano.
Es raro.
Seré yo,
serás tú.
O seremos nosotros que ya no somos,
y si sí, a momentos que se amontonan solos poco a poco.Libros
Cada persona tiene una historia y es un mundo.
Y qué hermoso;
es como un libro cerrado lleno de literatura.
Y qué emoción querer descubrirlo.Sobrevivirás
Hoy te voy a dar le lección de tu vida:
la hostia que te darás será mortal, pero sobrevivirás.
Sí, porque no todo está perdido,
porque es cierto que aún no has ganado.
Siente, flor de mi vida;
lo necesitas.
Y es hermoso observar la vida pasar, pero lo es aún más vivirla, sentirla, amarla.
Y gritar hasta quedarte sin voz,
y follar un día entero,
y dormir acurrucada en su brazo,
y bailar en la calle
o volar en cualquier parque.
Que el globo terráqueo va girando y no para.
Tú tampoco,
-tú tampoco-.Hay que querer más
Hay que arriesgarse;
decir más te quieros y amar sin límites.
Quizás mañana ya no estén,
no estés.
Y no hablo de la muerte.
Hablo del adiós,
de estar en otro mundo.
De no dejarse ir y arrepentirse de todo.
De morirse en el intento,
de cuestionarse el típico «y si…»
Pues, ¿Y si lo haces ya?
Que no hay tiempo,
que es todo ahora o nunca.
No te permitas que el tiempo pase y tú sigas sin intentarlo.
Hazlo.Curiosidades
Es curioso como los que triunfan, los que están arriba, están abajo también.
Anímicamente depresivos,
locos
o raros.
Poetas de la vida,
quienes han experimentado.
Los de calle, los que saben amar el arte de cualquier forma.Otros dibujos
Veo que esto me ha hecho daño, y me duele. Estos dos meses sin vernos han sido el atardecer más vacío.
De tu vida,
de la mía.
Algo se ha roto;
no sé si el hilo rojo,
no sé si nuestros corazones tristes,
no sé si aquello que más nos unía.
Nuestros labios,
nuestros cuerpos.
Porque nosotros sin ser, somos
y, siendo, dejamos de serlo.
Como estar sin estar.
Estoy decepcionada;
lo esperado,
la expectativa,
se ha roto en cristales pequeños.
Ya no somos los mismos de antes;
y es que a pedazos,
a esbozos
y a peldaños cada vez más gruesos,
nos desdibujaron para pintarnos siendo otros.Ser, en pasado
No quiero tanto sexo,
carne con carne,
¿Me explico?
Quiero amor,
dulzura
y pasión.
Quiero ilusión
y no tanta decepción.
En estos tiempos
necesito un poco de ternura.
Estoy cansada;
de escondernos para que tus manos recorran mi cuerpo,
de fugarnos para estrellarme con el aterrizaje.
-Arraso el suelo-.
Y me gusta,
pero estos no son los tiempos.
Porque las canciones exactas en el momento oportuno han desaparecido.
Me siento extraña de ti.
Éramos, no sé si tú sigues siéndolo
pero yo, cariño, estoy desapareciendo.
Estoy empezando a conocerte y a desconectar (me).
A desaparecer cuando estamos, y a ser separados.Abrazo
En estos tiempos necesito un abrazo profundo, de esos enternecidos y llenos de dulzura que inundan el corazón de amor.
(Des)amor
Todo o nada.
Ya no lo sé.
Ella, andaba por las calles de Barcelona, centrándose en la música que salía de su ipod y en sus pensamientos tan desordenados. Tenía un objetivo en mente: no llegar a ningún lugar. Andar sin ningún rumbo. Se sentó en un banco y se puso a observar el paisaje, más concretamente, las hojas otoñales, como sus ojos, reflejados por el sol, deslumbrados de llantos intermitentes, indefinidos, imprimidos, interminables.
Al cabo de un rato, alguien se sentó a su lado. No era un anciano, tampoco un niño sino él. Su amado, en pasado, pues ya no lo amaba, ni lo quería. Y es que aquel sentimiento que parecía no terminar, terminó. Se heló y se deshizo.
-Hola -entabló conversación él.
Ella, sutilmente, giró su cabeza hacia la izquierda y le respondió con otro «Hola».
– Necesito saber de tu pasado.
-Ya no importa.
– ¿Por qué?
– Porque, en algún momento, no sé cual, me dejaste de importar, te dejé de importar.
– Lo sé, sé que sientes que no me importas, pero es todo lo contrario.
– No me lo has demostrado y, si lo has hecho, no lo he percibido, ni lo he notado. Tus actos no han dicho tus palabras, tus palabras no han dicho tus actos. En resumen, que no has hecho lo que estás diciendo.
Y se levantó, con los ojos cristalizados, como ya era habitual en ella. Porque las flores se marchitaron, porque su pasado le dolía demasiado. Porque nadie la comprendía. Porque nadie la había cuidado. Ni el mínimo detalle, ni la mínima intención. Nada de nada.
Las hojas otoñales iban cayendo de los árboles, poco a poco, deslizándose, perezosamente, por las corrientes del aire. Y, ella, iba, poco a poco, derrumbándose hasta quedarse sin aliento, hasta dejar de quererse, hasta dejar que su corazón bombardeara, hasta llegar al odio máximo hacia el mundo.
Frustrada, aquella era la palabra. Frustrada. Le gustaría que alguien, alguien en aquel mundo, sintiera amor eterno hacia ella. Pero aquel verdadero, el que se siente, el que no miente. El que tiene fundamentos. El que no tiene sollozos, el que tienen sonrisas y, alegrías.
Las lágrimas resbalaron por sus mejillas al compás de sus pasos andar, por encima del cemento, por debajo del infierno, por el medio del cielo. Alguien, tocó su hombro derecho y, ella, se giró mientras sus hombros subían y bajaban rápidamente.
– Muñequita, no llores. ¿Qué te han hecho? ¿Y quién? Debería ser un desalmado.
No lo dijo, pero lo pensó: «Yo, yo soy la desalmada».
Sus llantos se intensificaron. Y ella no se daba cuenta de que, quien la abrazaba, era a quien había amado.
Tampoco sabía que ella misma se había destruido. Que era las consecuencias de sus actos y que las causas iban más allá de sus errores. Y que, sus errores, eran más grandes que sus consecuencias, porque de sus causas descendían las consecuencias que, anteriormente, amanecían los actos para equivocarse. Para desalmarse.
– 25 de Octubre de 2017