Que si vas a quedarte, quédate. Y si te vas, vete. Pero no te quedes ahí, en medio de la puerta, desordenándome los sentimientos, creando caos, confusión e ilusión o desilusión. Que si vas a quererme que sea real y no una fantasía ilusa. Que no soy un juego, soy fuego eterno, y te quemaré las entrañas como decidas romperme el corazón. Porque soy frágil y tengo un defecto: amar hasta las profundidades oceánicas hasta ahogarme, ahorcarme, en ellas. Que yo no quiero que seas mi príncipe, sólo te pido que seas humano. Sí, humano. Que hay pocos en este mundo.
Entiéndeme
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