Domingo de verano

Hoy ha sido un día cansado. El calor y el viento espeso me cansan. Pensar, sentir y vivir me agota, y más en verano.

Anoche reflexioné sobre algo que ahora mismo desconozco porque salió de mi mente. Estoy contenta y nerviosa al mismo tiempo.

Esta semana terminó una etapa, empieza un domingo de verano que se va cuesta arriba porque, ¿Quién lo domina? Yo ya no puedo más, me cuesta seguir y tirar hacia delante. Quería hacer tantas cosas hoy…

A pesar de todo, hice dos agujeros en la pared, colgué un panel perforado para organizar todas las cosas que tenía en mi escritorio. Estuve gran parte de la mañana. Después, cociné. Sí, patatas fritas con huevo y de aperitivo dos croquetas. He estado comiendo en el balcón al son del aire espeso de la calle. Al terminar, recogí, limpié y volví a distribuir los objetos de mi habitación. Por fin, puedo decir, por fin está terminada.

Y ahora estoy aquí sentada, que me pesa el cuerpo entero.


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