Me estoy imaginando a mí en el mar con aquel vestido rojo de flores que ya no tengo, que se encogió en la lavadora. Como la vida misma -que se encoge y ya no vuelve-. El tiempo, los días, minutos y segundos se van. Se van diciéndote «adiós». Y tú ahí sufriendo por si eso o por si lo otro. Oye, escúchame. Levanta esa cabeza y camina. Cantando o llorando, es igual, pero avanza. Y aunque pienses -y sientas- que retrocedes, no te detengas.
Días primaverales
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Comentarios
Una respuesta a «Días primaverales»
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Caminar sin llegar…no importa el rumbo sino alejarse del naufragio…besos al vacío desde el vacío
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