Ahora, justo ahora. Dejo de sufrir, por los demás, por mí. Dejo de sentir ni siquiera una pizca de amor hacia ti, no quiero sentirla porque cuando lo hago me siento perdida, hundiéndome de camino hacia la deriva. Y empiezo a ausentarme, y dejo de quererme y amarme, de ser yo.
¿Qué es el amor? ¿Nunca sentiste dolor?
Dejo de sentir impotencia, dejo de querer luchar por ti, porque cada vez que lo intento, desisto, no resisto, y pierdo. No quiero perderte y, por mala suerte, soy yo la que se pierde.
Sé que no te importo, sé que sabes de mi existencia y que aun así te doy igual. Porque no soy nada, sólo persona, aunque poco a poco voy dejando de serlo. Me convierto en alma, en un hada con las alas rotas.
Caí del cielo, siendo corazón puro y, ahora, me levanto saliendo del infierno, con corazón duro, ensangrentado y quemado.
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