Maquillarme,
otra bonita forma de ocultarme.
De esconder mis ojeras,
de vivir por los suelos.
De sentir y hacerlo de tal forma que el vaso está derramando agua y yo ahí con ímpetu de seguir. De tirar, pero hacia atrás y de cabeza al hoyo. Un hilo de voz que me susurra la nada, el vacío. El hueco dolorido.
Categoría: Escritos
Ocultándome
Amor propio
No me das lo que necesito, amor. Soy dolor con náuseas y mucho temor. Tiemblo al caminar, al hablar, al obsevar y al sentir. Esto, lo último, es lo que me duele más. Lo que dejo por el final. Me ausento de mí misma, me oculto, me anulo. Soy un nudo, un lío, un caos sin sentido. Soy de todo menos persona.
Cuando me cuestionas qué quiero es tan sencilla la respuesta. Ser amada para siempre. Derretirme en el mar y fluir al son del aire, del viento. Anhelo, siempre, lo que no tengo porque sé, presiento, que jamás podré tenerlo.Un día
Un día explotaré, mi corazón se derramará y viviré en el intento de morir.
Últimamente, por no decir siempre, lloro con sonrisas. El cansancio abunda y el insomnio se hace presente en mis noches. En cada una de ellas. «Necesito amor, quiero amor», me repito una y otra vez. No hay manera, o quizás, no hay forma de observar con buenos ojos la vida.
Porque cada mañana me levanto arrastrando el peso de mis días. ¿Quizás es que no me he tomado un café? No me gusta, está amargado como yo. Como mi ser interno.
Ya no sé qué digo. Ahora, mi pecho es otro latido. Se me caen los ojitos tristes, muy tristes.Las personas ya no leen
¿A dónde van las personas a leer en esta ciudad?
¿Dónde se ocultan? ¿Dónde están?
Yo no las veo…
Me gustaría levantar la mirada y observar un paisaje lleno de literatura, de cultura.
Lleno de sabor, de sabiduría y de corazón.
Quiero ver un mundo inteligente, con emociones y con el tiempo detenido.
Anhelo que esté pausado,
para siempre.
Porque a cada instante vamos con prisas,
con los pies caminando a todo pulmón
y ya ni respiramos.
Y qué triste,
los humanos ya no somos humanos.Este otoño
Y me imagino un otoño bonito, lleno de amor y hojas que al caer al suelo crujen, como mi corazón. Es un crujido tierno, uno que se enamora de una misma al mirarse al espejo y se dice: «quiero hacerlo». Porque esta estación era y es mía. Mi favorita. La que anhelo. Me encanta. Me llena el alma con sus lluvias, con los calcetines gruesos y un buen libro que leer. Y leerlo. Sentirlo. Que palpitan, sus páginas vibran. Los colores, el ambiente, la ciudad y sus noches menos largas, pero más intensas. Las estrellas que nunca veré y siempre deseo. Quererlas dentro, ahí, en mi pecho para que estallen xe todo lo bueno que me puede llegar a pasar.
Este otoño es mío.Una pausa
Me paro aquí a pensar, a sentir.
Es una pausa, un momento de escribirme. Sin tapujos, sin miramientos, y con muchos anhelos que se quedan ahí, en el cielo. Porque no sé, quiero crear un sueño y hacerlo realidad. O más de uno. Mirarme en el espejo, recrearme en aquel invento y decirme «Yo puedo, yo quiero».Quiero vivir
Que quiero volar sin importarme la caída, quiero sentir vértigo y la adrenalina recorriendo mi cuerpo. Quiero vivir, pero de verdad.
Siento que el tiempo corre y yo no corro con él. Siento que no siento y, no sé, es una sensación extraña. Rara. Incomprensible, quizás.
Vivo metida dentro de la rutina. Lo de siempre. Y no me disgusta, pero me aburre.
Me gusta sentir(me) y por eso necesito ascender hasta estrellarme contra el suelo. Y me da absolutamente igual todo. De hecho, quiero caer, petarme el corazón y morir si hace falta.
Echo de menos el aleteo de mis alas, que quieren y no saben o, simplemente, no pueden porque están agotadas.
Olfatear,
escuchar,
ver,
oír
y tocar es todo lo que me debo.
Hace tiempo, uno indefinido, que he dejado de abrirme al mundo.
¿Quizás ahora es un nuevo comienzo?Como yo
Necesito pegarme dos tiros,
el primero en la sien
y el segundo en mi corazón
para que pete -yo- de una vez.
Para estallar y derramar la sangre
en mi muerte (súbita).
Será mi sombra,
y el cielo
ese día
llorará,
pero no de dolor
sino de amor.
Y en mi funeral
sólo habitarán los que deambulan por las calles,
los que viven muertos.
No los llames «zombies»,
llámalos como seres sin alma.
Son las personas vacías.Vaivén
No aprendo,
no aprendo,
no aprendo.
Y esto va y viene,
el vaivén de mi corazón,
los pensamientos que surgen de este
hacen que me replantee mi existencia,
mi forma de vivir,
de ser.La vida, la luna y yo
¿Qué estoy haciendo con mi vida?
Me ahogo.
Soy más pálida que la luna,
que me observa desde la lejanía,
des del cielo nocturno.
Una vez me dije «hazlo, y punto» y,
con ese lema en mi cabeza,
hice todo lo que estaba fuera y dentro de mis manos,
de mis posibilidades.
La fastidié no una
sino hasta más de quince veces.
¿Qué aprendí?
Algo de mí:
lo caótica que puedo llegar a ser.Amanecer
Aquí,
desde donde se observa un cielo nublado.
Es un día gris, pero no para mí sino para el mundo.
(Este).
Y es bonito también.
Porque rompe esquemas
y mentes.
El corazón de la vida es eso:
ser mientras todo se quiebra y,
luego,
presenciar una sonrisa con la salida del sol.














