Aquello de que, en un momento del día, quería escribir. Me apetecía. Desistí, me eché para atrás. El tiempo se comió mi inspiración, quitándome -arrancándome- los dedos. Los dedos mágicos,
los dedos invisibles,
los dedos ocultos.
Aquellos que no se ven.
Que ya no vibran, ni cantan ni bailan.
Y esos, desde mi sombra, son una parte mía.


Comentarios

Deja un comentario

Descubre más de PEREZITABLOG

Suscríbete ahora para seguir leyendo y estar al día de todo el caos.

Seguir leyendo