Hoy estabas hermoso,
por fuera y por dentro,
de corazón y cerebro.
Me hubiese gustado que te dejases querer,
que me quisieras más,
mucho más
que ayer
y un poco menos que mañana.
Siento que te amo tanto que va a doler el roce con el suelo,
será un golpe seco, breve pero con un dolor eterno.
Ojalá darte más,
ojalá ser nosotros
sin (querer) otros
-cuerpos-.
Porque puede ser muy bonito
y a la vez muy roto.

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