Etiqueta: pasado

  • Enlazar a mi ser

    Desato el pasado, lo anclado ha flotado y aunque volvió lo encallé en el fondo del mar. El sentimiento se está ahogando, pero no tanto. Necesito contarlo, sufrí tan fuertemente. Los varios golpes se dieron de una intensidad que a día de hoy me quiebro, me quiebro, me quiebro… Y, bueno, estoy saliendo del estallido, del bucle jodido: me fui. Ahora estoy presente, latente.

  • ¿Para qué existimos? ¿Con qué finalidad?

    Existimos y ya, ¿No? Así, latiendo de forma inerte en un vaivén de quehaceres que se quedan en ir diciendo y no haciendo. Voy recorriendo los amaneceres, recubriéndome de las nubes de algodón. Me corto aún más las cicatrices, profundizando en un verso interminable, o fugaz. Me regocijo, dirán. ¿Quiénes? Las voces de mi cabeza del pasado, aquel tan puntiagudo.

    El otro día paseé entre esos pliegues donde sangran mis recovecos -los muertos-. Entonces fui cuestionándome, allá, en un plural imperfecto, ¿O plusquamperfecto? Espera, me pierdo. Me ensanché de una tristeza alcanzable, demasiado palpable. Sonreí, ¿O se rio de mí ella? Se sació, tal vez, de mi monstruo inédito. O de mi manuscrito ya ido y hueco y dividido. ¿Partido o marchito? Ambos al unísono sordo.

    ¿Y latimos? Quiero decir, ¿Volamos por algo? ¿Volamos hacia alguien? Deberíamos, si pudiésemos, volar desde dentro hasta nuestro ser que bombardea, que estalla, para culminar en la explosión contínua de flores abriéndose, dejándose brillar. Siendo más que existiendo. Anque, si estás, pasa por tus propios intríngulis y quédate un tiempo inexistente. Quédate dejándote caer porque el acto de crecer tiene formas y facetas tan abstractas de florecer… Ve sintiéndote, existe como sepas, ya te convertirás en mariposa luego. Ahora, en estos días sempiternos, fluye, arrastrate como un gusano. O dos o tres. Total, ya has muerto como dos veces, no te va de matarte una tercera, ¿O sí?

  • ¿Te pasas más tiempo pensando en el futuro o en el pasado? ¿Por qué?

    Colorea tus pensamientos.

    Anna Pérez Carreño

    Pues yo me paso todo el tiempo desvivéndome, jamás estoy presente. Me angustio por el futuro y me preocupo por el pasado. Así que, bueno puedo afirmar rotundamente que por eso he dejado de ser -persona-.

    Supongo que a muchos seres humanos les sucede. Sí, eso de vivir en un constante vaivén que va y viene y va y viene y nunca se queda. Nunca está.

    Debo mejorarlo, lo sé. Manejarlo. Es un hecho. Y, ahora, me cuestiono en cómo hacerlo. Y creo que todo radica en el pensamiento, es decir, en cómo afrontamos mentalmente las circunstancias, la vida. Ahí, justamente, está lo fundamental. Así que voy a afrontar mis inacciones y mis pensamientos para sacar posibles conclusiones.

    ¿Cómo sentir paz mental?

    Pienso que por mucho que leas un libro, escuches música o salgas a pasear, para, principalmente, desconectar, es insuficiente. ¿Por qué? Porque el agobio seguirá hasta arruinarte.

    Como he mencionado antes, la clave, o la llave «mágica», está en el cerebro. Por tanto, es tan simple, o quiuzás no, en afrontar todos los pensamientos surgidos de nuestro ser. Es decir, escucharlos, entenderlos, aceptarlos y transformarlros. Ir moldeando su figura abstracta cada vez más palpable.

    En definitiva, colorea, aunque sea a cámara lenta, tus pensamientos, es decir, las balas que salen, escopeteadas y sin querer, de tu cerebro.

  • Ángeles oscuros

    Dejar almas negras atrás,
    en el pasado
    para poder progresar,
    transformar
    y evolucionar
    como persona.
    Para sanar.