El otro día paseaba por las calles de mi ciudad y no reflexioné hasta ahora, que me he puesto a escribir, a vivir entre palabras. La vida pasa volando, es fugaz y por eso hay que sentirla a cada latido.
Es cierto, cuesta (arriba).
No hay nada más bonito que dejarse ser, que fluir.
Etiqueta: fluir
Cuesta (arriba)
El acto de escribir
No sé de qué me sirve encender el ordenador y abrir una hoja en blanco. Porque no me salen las palabras, ni las ideas. Y mi mente está bloqueada. Hay dolor, angustia y miedo; a no poder. A dejar de ser -yo misma-. No verme de otra forma, no rascar esas capas mías, que son de más, que sobran. Porque sí, hay que bucear en las profundidades, escarbar, ir más allá de la superficie. Hasta que duela, hasta llegar a una crisis existencial, o más de una. Y moverse en bucle, en un círculo vicioso.
No puedo.
Simplemente, soy feliz. Estoy en paz, conmigo, con los demás. En cierto modo está bien estar bien, pero por otro lado, ¿Cuándo volveré?
A ser yo, la que se hundía, la que no se veía y luego salía a volar entre letras. A serlas.
A escribirlas y ser un caos desastroso pero lleno -de sentimiento puro-.