Todo comenzó un 15 de diciembre.
Ojalá ahí no se quede, ojalá continúe.
Estoy con la esperanza agotada y la fe disipándose. Y los miedos a flor de piel, además de las dudas atragantándome. Aun así, tengo el instinto de que lo nuestro seguirá siendo salvaje, único y, quizás, inquebrantable.
Porque se sale de la norma, rompe la regla.
Y por cada día que pasa lo tengo más claro: me vuelves loca, amor.
De los poros de mi piel salen chispas de locura mezclada con dulzura.
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