Hay veces, en las que me caigo, saltando el precipicio y quedándome del revés.
Hay veces, que soy caos, desmadre y desastre. También arte, porque, al fin y al cabo, es aquello deshilachado, resquebrajado e insensible.
Hay veces, que te quiero y, otras, que te odio. Pero aun así, te amo.
Hay veces, que me estampo. Que soy vidrio, y me rompo.
Hay veces, que te necesito.
¿Pero sabes de lo que no hay veces?
Yo tampoco.
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