deseo

Remolinos, juegan por mi intestino, traviesos. Son honestos conmigo misma porque me delatan haciéndome tiritar; me están haciendo entender que te quiero, cuando no estás y, cuando estás, aun más.

Paseo, intranquila, por las calles. Es de noche, ojalá no estalles. Ansias de verte, ojos llenos de ganas, no me las quites; me ganarás con las palabras. Versos malditos, hechizados. Cuentos. Sueños. Realidades mutuas.

Ya llego, te veo, de lejos, te observo. También está nuestro amigo común y nuestra amiga común. Se me asoma la sonrisa en los labios y los remolinos me suben a la garganta.

-¡Hey!

-¡Hola guapii!

Le doy dos besos a mi amiga, después a mi amigo y, finalmente, a ti, mi amigo incondicional. No me lo pienso dos veces, te abrazo y, por suerte, la mía, me correspondes el abrazo, abrazándome más fuerte aun.


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