Entonces

empezó a andar. Sendero y sólo sendero. Paseando sin sombrero, un pareo colgando de su cintura, blanco y con figuras abstractas negras. Amor interior enredado, deshilachado. ¿Y si me besa? Pensó. Siguió andando, moviendo sus caderas al compás de la música melancólica. ¿Por qué no? Volvió a pensar. Y corrió, dejándose volar, saltando al vacío lleno de azul, olas coléricas chocando contra las rocas. Mundo paralelo, ya no está en el planeta humano, sino en el planeta tierra.


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Comentarios

2 respuestas a «Entonces»

  1. Avatar de Maria del Mar ponce

    Muy interesante, destaco como siempre tu imaginación y tu originalidad. Me gustó. Besos a tu alma.

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