Hay gente que se cree que escribo para llamar la atención, pero, ¿qué sentido tendría hacer eso? Ninguno. Yo escribo por placer, por gusto, por ir pasando mi tiempo, disipándolo. Y tal vez no sea la mejor escritora, si es que me considero como una porque ¿cómo me llamaría yo haciendo lo que hago?
Me gustaría diseñar un nuevo mundo, donde haya justicia, e igualdad, y también humildad. Sé que es una tontería, pero esta vez tengo ganas de escribir. Hacía tiempo que no escribía con ganas, y no digo tantas porque no vale la pena, ya que se esfuman con una soplada.Y que tener ganas de escribir no quiere decir que vaya a escribir una hoja entera, a veces con la mitad ya basta, pero no llena. ¿Y escribir debería llenar? Tal vez a los otros, de sabiduría. Pero, ¿a uno mismo? Creo que a uno mismo, la escritura serviría para vaciarte completamente y, después, volver a llenarte, leyendo, amando los libros.
Y a veces no sé ni lo qué escribo o, mejor dicho, porqué lo escribo. Pero es que hay momentos en que las palabras salen de mis dedos, tecleando, de esta manera, una, y de otra. Y ya está. Simplemente que hay veces en las que uno no decide lo que quiere escribir, simplemente su mente se llena de caos y se va derramando poco a poco, intentando poner un orden lógico a las frases.
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